La espalda vuelve a atormentar a Paula Badosa: otra retirada, ahora en Tailandia
Paula Badosa había vuelto al tenis con ilusiones renovadas este 2024. Tras medio 2023 sin poder competir, la española estaba recuperando sensaciones de forma evidente y los problemas físicos parecían cosa del pasado para ella. Nada más lejos de la realidad: este miércoles, en los octavos de final del WTA 250 de Hua Hin (Tailandia), ha sumado una retirada más a un historial repleto de ellas en la época reciente. Cuando iba un set abajo contra la rusa Diana Shnaider (6-2) e intentaba reponerse en el segundo parcial (mandaba 3-4), ha tenido que abandonar. De forma oficial, y confirmándose la peor noticia posible, por la espalda.
“Una lesión en la parte baja de su espalda”, según el circuito femenino, ha terminado con la aventura de Badosa en tierras asiáticas. Al comprobar que tenía dificultades para sacar, llamó al fisio, quedando claro que la parte de su cuerpo que más viene atormentándole últimamente le castigaba otra vez. Tomarse una pastilla para mitigar el dolor no resolvió el quebradero de cabeza, así que no tuvo más remedio que tragar como pudo con la impotencia y comunicar que se despedía. Forzosamente, sin acabar su partido.
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Hasta la fecha, se podía ser moderadamente optimista con Badosa. Había subido al número 83 del mundo (cerraba el Top 100) tras el Abierto de Australia, en el que dio motivos para creer en un regreso convincente. En el primer Grand Slam del año, la catalana acabó contundente tanto con Taylor Townsend (6-1, 6-3) como con Anastasia Pavliuchenkova (6-2, 6-3). Compitió bien ante Amanda Anisimova, pero perder un disputado primer set acabó pasándole factura y se despidió de Melbourne en tercera ronda (7-5, 6-4).
“Necesito que mi físico responda, y para ello necesito unas semanas más, más partidos, porque de tenis me estoy viendo bien”, comentaba Badosa tras caer eliminada en el Open. Su estreno en territorio tailandés, con la local Lanlana Tararudee al otro lado de la red, tampoco fue mal, con remontada incluida: 3-6, 6-4, 6-1. Sin embargo, acaba de darse de bruces, y preocupa la recurrencia, con el problema físico que le tuvo en el dique seco desde el último Wimbledon hasta este enero.
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De ser la número dos del mundo a caer sin prácticamente freno
El 25 de abril de 2022, Badosa se convertía en número dos de la WTA. Alcanzaba así el culmen de su carrera deportiva, que prometía grandes cosas de un tiempo a esa parte: primer título señalado en el circuito femenino en Belgrado, cuartos de final de Roland Garros 2021 y de los Juegos Olímpicos de Tokio, victoria en Indian Wells 2021 y Sídney 2022… Sin embargo, todo se torció a partir de ese punto álgido, sin que la tenista española haya sabido descifrar aún, a día de hoy, el porqué.
Desde el mayor hito clasificatorio de su carrera, la jugadora nacida en Nueva York ha vivido una dolorosa caída libre motivada por las lesiones. En 2022, tuvo que decir adiós a París, el segundo grande de la temporada, en tercera ronda, por una lesión en la pantorrilla. En Toronto, también se vio obligada a retirarse, en este caso en segunda ronda y por calambres. Este fue su techo en los siguientes torneos de esa campaña, incluido el US Open. Como muy lejos, llegó hasta cuartos de final en San Diego, y sufrió una nueva retirada en Guadalajara. Otra vez, en segunda ronda.
Si terminar ese curso cediendo ocho de sus últimos 10 partidos no fue calvario suficiente, 2023 elevó el nivel de decepción hasta cotas mayúsculas. Para empezar, tuvo que faltar al Open de Australia, debido a una lesión muscular en el muslo derecho que le llevó a retirarse de Adelaida en semifinales. Esta baja le supuso desaparecer del Top 20 mundial femenino. Al reaparecer, la suerte siguió sin sonreírle. Cuando parecía que volvía a hacerlo en Roma, hubo que lamentar un nuevo disgusto. Ya de forma fatal.
En la tierra batida de la capital italiana, Badosa alcanzó los cuartos de final, generando esperanzas de poder protagonizar una buena actuación en Roland Garros. Sin embargo, no pudo ser de la partida en Francia: una fractura en una vértebra por estrés se lo impidió. Aunque pudo disputar Wimbledon, su vuelta a las pistas fue un visto y no visto debido al dolor que atenazaba su espalda. No tuvo más remedio que abandonar, en una de esas segundas rondas que se han vuelto tan aciagas para ella.
A partir de entonces, no se le vio competir hasta Adelaida (cayó a las primeras de cambio con Bernarda Pera: 3-6, 6-2, 6-3). No pudo afrontar ni un solo encuentro más el año pasado, cuando llegó a ser más noticia por su relación sentimental con otro tenista reconocido, el griego Stefanos Tsitsipas, que por su concurso deportivo. Tras no dar síntomas de recaída en Australia ni en el primer encuentro en Tailandia, Paula Badosa cede una batalla adicional con su espalda. ¿Objetivo? Que la guerra no esté perdida y pueda salir de este particular infierno.