Política

Milei pone en riesgo su acercamiento personal con el Papa Francisco si el ajuste económico aumenta la pobreza

El papa Francisco y el presidente Javier Milei durante su encuentro privado en el Vaticano
El papa Francisco y el presidente Javier Milei durante su encuentro privado en el Vaticano (Simone Risoluti/)

(Desde Roma, Italia) | Francisco despliega una estrategia de contemplación frente al programa de ajuste que aplica Javier Milei, pero esa cautela personal mutará a distancia política si el plan económico multiplica y consolida un fuerte incremento de los niveles de pobreza e indigencia, revelaron a Infobae en el Vaticano.

En términos de la semiótica papal, distancia política significa que Francisco no visitaría la Argentina en 2024, pese a estar en condiciones de salud tras su gira por la Polinesia. Y tampoco habilitaría un nuevo encuentro con Milei para que no se interprete que respalda un plan económico que apunta al déficit cero con un aumento geométrico de la crisis social.

El Observatorio Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) estimó ayer que la pobreza alcanzó en enero 57,4% de la población argentina, tras la devaluación de diciembre y su impacto directo en el costo de la Canasta Básica Total (CBT) y de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que establece la línea de indigencia. .

El 57,4% es el nivel más alto de la serie desde el 2002, y proyectado a todo el país equivale a 27 millones de personas pobres y a 7 millones en situación de indigencia.

Audiencia Javier Milei Papa Francisco portada
Javier Milei saluda al papa Francisco durante su visita oficial al Vaticano (HANDOUT/)

Los datos previos del estudio de la UCA ya eran conocidos en el Vaticano, y el trato cálido de Francisco a Milei se encuadra en su perspectiva de las relaciones personales y la representación institucional.

El jefe de la Iglesia Católica considera que hay que dar una oportunidad política al líder de La Libertad Avanza, y en ese sentido, enterró todas las disputas ideológicas que protagonizó durante la campaña presidencial.

Durante la audiencia de setenta minutos que concedió a Milei la semana pasada, el Papa escuchó con atención sus argumentos sobre la economía y el papel del Estado. Y solo planteó su preocupación sobre la implicancia del plan de ajuste sobre los comedores escolares y los planes de medicamentos asignados a jubilados y pensionados.

El Presidente interpretó -al instante- la línea roja que trazó Francisco, y contestó que se ocuparía del asunto. Tras la audiencia, el Papa comentó su complacencia ante la respuesta inmediata de Milei, que quedó impactado por el trato recibido en el Palacio Pontificio.

Pero esta armonía personal y política puede caer en jaque por las consecuencias del plan de ajuste.

Francisco escuchó las razones alegadas por Milei para lanzar su programa económico y se mostró sorprendido por los casos de corrupción que se descubrieron al momento de revisar las compras automáticas y masivas de comida para los sectores más carenciados.

Sin embargo, esa actitud de contemplación se puede transformar en frío y cuestionamiento si el plan multiplica los niveles de pobreza e indigencia. El Papa se preocupa por los más necesitados -es su principal desvelo- y no avalará que una estrategia económica agrave la crisis social.

Francisco conoce la herencia que dejó Mauricio Macri y los resultados del gobierno que compartieron Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Y esta es una ventaja táctica para Milei, que hacia adelante deberá demostrar al Vaticano que el 57.4% de pobreza de enero es una tragedia social que heredó y no causó con su programa económico.

Javier Milei, Karina Milei, izquierda, Diana Mondino y Francisco durante la reunión oficial en el Palacio Pontificio
Javier Milei, Karina Milei, izquierda, Diana Mondino y Francisco durante la reunión oficial en el Palacio Pontificio (Vatican Media/)

Si el plan de ajuste no multiplica la pobreza y su salud se mantiene como hasta ahora, Francisco llegaría a la Argentina al comienzo de la primavera. El Papa asume que una visita al país implicará un rédito político para Milei, y por eso aguardará los resultados del plan de ajuste antes de ejecutar un análisis definitivo que combine su estado físico y las condiciones sociales de la Argentina.

Ese análisis se apoyará en la información que todos los días llega desde Buenos Aires a Santa Marta, además de los canales oficiales y extraoficiales que Francisco ya abrió con la administración de Milei. El Papa ha elogiado el trato de la canciller Diana Mondino y el rol clave que juega Karina Milei en Balcarce 50.

Milei enfrentará una larga batalla política en los próximos meses y su relación con Francisco puede aplacar -o acelerar- la disputa sistemática que ya protagoniza con CFK, la Cámpora, los sindicalistas, los gobernadores peronistas, los intendentes y los movimientos sociales.

En la Casa Rosada ya saben que un gesto del Papa tiene valor intangible.

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