Estaba prófugo por matar a un policía en Tristán Suárez y lo detuvieron cuando se encontró con su novia
La familia, el fútbol o el amor suelen ser las razones por las que son atrapados los prófugos, obviamente, también son los primeros objetivos a los que se abocan los investigadores para poder lograr la captura. A Jorge Mario Navarrete (35) lo delató el corazón. Lo buscaban desde noviembre pasado por el crimen de Leandro Lescano, el sargento de la subDDI de Ezeiza que fue asesinado cuando se detuvo a comprar una pizza en Tristán Suárez. Lo capturaron cuando salía de una casa de Máximo Paz junto a su novia.
Navarrete está sindicado por haberle disparado por la espalda al policía el pasado 4 de noviembre cuando iba a comprar una pizza junto a otros dos efectivos de la Subdirección Departamental de Investigaciones (SubDDI) de Ezeiza, donde prestaba servicio.
Cuatro meses después del hecho, investigadores de esa misma SubDDI llegaron a Navarrete a partir de tareas de investigación encubiertas sobre la pareja del prófugo. Justamente, este sábado, la mujer vista por los policías circulando en una motocicleta rumbo a Máximo Paz, según informó la agencia de noticias Télam.
Una vez que llegó a un domicilio ubicado en la intersección de las calles Combate de los Pozos y Rosales, la pareja de Navarrete comenzó a cerrar las persianas de las ventanas y a realizar movimientos sospechosos. Horas después, los investigadores vieron a la mujer salir de la casa junto a un hombre de características físicas similares a las del prófugo: fue entonces que lo detuvieron.
De esta forma, Navarrete quedó a disposición de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1 de Ezeiza, a cargo de la fiscal Florencia Belloc, quien lo imputó por el delito de “homicidio” en perjuicio de Lescano, siendo el segundo detenido por esta misma causa.
Primer detenido
El primer sospechoso arrestado cayó cuatro días después del crimen. Y cuando lo indagaron habló: “Dijo que en ese momento, él estaba comiendo empanadas en su casa con su novia y un amigo”, indicaron fuentes del caso a Infobae. Se trata de M.E. Monzón, alias “El Melli Monzón”. Los investigadores llegaron a él porque le falta una pierna.
“En los videos de las cámaras de seguridad que registraron el robo, puede verse una ligera renguera en el segundo hombre que se baja del Chevrolet Aveo robado que intercepta la camioneta Toyota blanca de la policía Bonaerense en la que se movilizaba Lescano y dos de sus compañeros”, indicaron. Los detectives creen que ese hombre -que vestía campera roja y negra con vivos blancos, gorra y pantalón negro- era Monzón, “con algún tipo de una pierna ortopédica”.
Pero las imágenes no son las únicas evidencias contra Monzón. En el expediente, existen testimonios de personas que lo señalan como uno de los autores del hecho. Al mismo tiempo, fue imputado por tenencia ilegal de arma de fuego, que fue secuestrada durante el allanamiento a su domicilio.
El homicidio de Leandro Lescano
El homicidio ocurrió cerca de las 22.30 del 4 de noviembre pasado, cuando Lescano, estaba en una camioneta Toyota estacionada en el cruce de Buenos Aires y Gaddini. Había parado para comprar una pizza. Estaba en servicio, de civil y junto a dos compañeros. Toda la secuencia es registrada por las cámaras de seguridad.
En ese momento, al menos dos delincuentes a bordo de un Chevrolet Aveo vieron las luces prendidas y el motor encendido de la camioneta de Lescano y aprovecharon la oportunidad para asaltar a sus ocupantes. Cruzaron el vehículo y uno de ellos bajó armado.
Las imágenes de las cámaras de seguridad muestran al ladrón -de buzo azul y gorra oscura- bajar corriendo del auto en el que se movilizaba. Al mismo tiempo, empuña un arma en dirección a la víctima y, cuando llega a la ventanilla, se abre la puerta del conductor de la camioneta. En ese momento, el delincuente comienza a disparar. El policía respondió. Uno de los balazos dio en la luneta del Chevrolet Aveo.
En medio de la balacera, se sumó un cómplice del delincuente al ataque. Luego, los dos sospechosos escaparon corriendo sin robar nada y se subieron al Chevrolet Aveo para continuar la huida. El auto que usaron había sido robado a una familia poco antes.