Los sacrificios de Jorge Prado, el campeón del mundo que se subió a una moto a los 3 años y transformó su hobby en profesión: “Me presionaba, porque sabía que no podía fallar”
Todas las rosas tienen espinas. Y no hay éxito sin sacrificios. Así lo entendió Jorge Prado, el piloto español de Motocross que comenzó su defensa del título mundial en un paraíso argentino. El rider de Lugo adquirió su amor por los fierros antes de empezar el colegio. Y sus desafíos iniciales sobre las dos ruedas los tuvo cuando daba sus primeros pasos (literalmente). “A los tres años comencé con el trial. Es una pasión que viene de familia. A mi padre también le gustaban las motos y a raíz de él, yo me fui haciendo un aficionado”, recordó en diálogo con Infobae durante el gran premio que abrió el calendario internacional.
Su familia apostó por su talento. En una iniciativa poco convencional, los Prado emigraron hacia un nuevo destino para que el chico de 12 años que brillaba con sus acrobacias a toda velocidad pudiera explotar sus habilidades. “En 2012 tuvimos un cambio de vida. Nos mudamos a Bélgica y más tarde nos fuimos a Italia. Cuando quieres apostar todo por el deporte hay que hacer este tipo de sacrificios. En mi caso salió bien, porque teníamos claro cuál era el objetivo final”, describió.
La adaptación fue una de las adversidades que debió superar en el extranjero; ya que no sólo se trataba de un país ajeno a sus raíces, sino que también debió incorporar nuevos idiomas para poder comunicarse. “Era muy pequeño y tuve que estudiar ahí. Con el tiempo empecé a hablar neerlandés y sumé nuevas experiencias con diferentes culturas. Fue un cambio drástico, pero también pude sacar cosas positivas. Al principio me presionaba, porque pensaba en todo lo que estaba pasando y sabía que no podía fallar. Hoy estamos en otro capítulo de la vida”, analizó.
En la misma sintonía, los temores de sus seres queridos, amparados en el deporte extremo al que se dedicaba Jorge, fueron mermando con el paso del tiempo gracias a la preparación que incrementaba las habilidades de la estrella internacional. “Fue todo muy gradual. A medida que uno fue mejorando, se fue acostumbrando al peligro. Empecé saltando un poquito y hubo una progresión hasta llegar acá. Mi círculo íntimo está tranquilo con lo que hago”, subrayó.
Con un espíritu competitivo invaluable y el deseo por el triunfo permanente, Prado arribó al MXGP Argentina con la misión de defender la corona. “El objetivo para la temporada es el de ganar. Vinimos a Villa La Angostura con esa meta y haremos todo lo posible para lograrlo. Lo más importante es salir líder del campeonato, como sucedió el año pasado”, destacó. El primer y segundo puesto en las dos carreras principales del circuito sudamericano lo posicionaron como líder del certamen que continuará con el Gran Premio de España. “Estoy preparado para ser el foco de todos los pilotos. Me motiva tener ese toque de presión”, anticipó.
Su incursión por el sur argentino también le permitió disfrutar de uno de los destinos más elegidos por los turistas extranjeros. “Tiene unos paisajes hermosos. Me gusta mucho venir a la Argentina, porque siento el afecto de muchos fans. Tengo mucha conexión con el público de aquí, porque siento que es muy similar al de España. Me siento muy arropado y eso me genera mucha motivación. La gente es un diez. Es un evento que me gusta mucho, porque me siento muy querido. Nos alojamos en un lugar precioso, al lado del lago, y el circuito es espectacular. Para mí es especial competir en esta carrera”, reveló. Y apenas concluyó su participación aprovechó para degustar de la gastronomía local. “La carne y la trucha son una dieta fija”, reconoció entre risas.
Jorge Prado considera que ser el campeón del mundo “es un sueño hecho realidad”. “Trabajamos toda la vida para tener esa posibilidad. Concretar ese deseo es algo indescriptible”, describió. Y luego de tomarse un momento para pensar su respuesta, agregó: “Después de tres años en la categoría máxima, era hora de conseguir el título. Estuve muchas veces muy cerca de conseguirlo, pero por una cosa o por otra, sobre todo por las lesiones, se hizo muy complicado. Por fin el año pasado pude tener una temporada de principio a fin en la que no fallé, en la que no me caí; y pude estar en forma en todas las pruebas. Estoy súper contento de quitarme un peso de encima, por decirlo de alguna manera”.
Lejos de compararse con otros deportistas de su país que también han alcanzado la cima del mundo como Rafael Nadal, Fernando Alonso, Andrés Iniesta o Carlos Alcaraz, el piloto se centra en su actividad para no detener su perfeccionamiento. “Estoy muy focalizado en mi deporte. Mis rivales son mi principal foco de admiración, porque puedo aprender mucho de ellos. Por ejemplo, uno de mis referentes es Jeffrey Herlings”.
En su rutina no existe otra disciplina que no sea el Motocross. “No tengo tiempo libre. Cuando no estoy arriba de la moto, estoy entrenando para ser el mejor en lo que hago, como andar en bici o ir al gimnasio. Tengo la suerte de que entrenar no me supone un esfuerzo, porque lo que hago es un hobby”, concluyó. Tal vez por eso, es el campeón del mundo.