Máximo Kirchner toma distancia de las críticas a su conducción y sostiene su estructura de poder en el PJ
“En nuestro partido tuvimos dos grandes figuras, Néstor Kirchner y Cristina Kirchner…lo digo. No aplaudan tanto porque digo Néstor y Cristina y cierro la lista, porque esto es una democracia, no una monarquía. Acá el que quiera un lugar que se lo gane, no hay más lapicera”. Las palabras del intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, lanzadas en lo que fue el Congreso del PJ nacional el viernes último en el microestadio de Ferrocarril Oeste tenían un destinatario: el presidente del PJ bonaerense y diputado nacional Máximo Kirchner. Nuevamente, la figura del jefe de La Cámpora fue parte sustancial del discurso de algunos dirigentes que con mirada crítica cuestionan un cerramiento partidario.
Máximo Kirchner no participó del Congreso. En lo reglamentario no es congresal. Sin embargo, por su condición de presidente partidario a nivel provincial, podría haber ido; nadie le iba a prohibir el acceso, tal como ocurrió con Martín Sabbatella y Carlos Castagneto, presidentes de los partidos Nuevo Encuentro y Kolina, respectivamente. Lo hicieron en carácter de invitados.
No solo Gray cargó las tintas elípticamente -sin nombrarlo- contra el jefe de La Cámpora. Quizás el intendente de Esteban Echeverría fue el más carnal. En uno de sus pasajes ante las autoridades partidarias planteó también que “en esta elección que pasó no perdió ni Perón ni Eva Perón, acá perdió una cúpula de dirigente cerrada, mezquina, que con lapicera y con el dedo y sin consultar a nadie pusieron los candidatos de espaldas y sin escuchar a la militancia, a la verdadera militancia que está en la calle…y así nos va”. Pero hubo más.
Sin embargo, Máximo Kirchner buscará esquivar la confrontación. Según pudo saber Infobae, el diputado nacional y presidente del PJ bonaerense hasta “valoró” que los dirigentes hayan expuesto sus diferencias en “el ámbito que corresponde y no a través de una operación de prensa u off the record”, describe un ladero del dirigente.
Como se sabe, el posicionamiento del intendente peronista del sur del conurbano sobre este tema no es nuevo y viene desde la designación de Kirchner como presidente del partido, que incluyó su propio corrimiento de la estructura de autoridades. Kirchner llegó a la presidencia del PJ con el respaldo de un grupo de intendentes. En ese entonces fue clave el despliegue del ex jefe comunal de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde. Por el momento, todavía sostiene esa estructura en la que se ubican sobre todo legisladores e intendentes.
Al vehemente discurso de Gray se le agregaron el del ex ministro de Seguridad bonaerense y actual senador provincial, Sergio Berni. El antiguo integrante del gabinete de Axel Kicillof planteó -al momento de hacer uso de la palabra- que “la patria no está en peligro, ya la están desmembrando y este peronismo no puede ser cómplice con su silencio”. Al salir, en declaraciones a la prensa, consideró que “hay un miedo muy grande del peronismo de ir a una interna”, y que “el peronismo se convirtió en un gerente de quiebre y parece que nos quieren acostumbrar a una cultura de la derrota”.
También la diputada nacional Victoria Tolosa Paz, exhibió una lectura crítica del rumbo del PJ a nivel nacional cuando en declaraciones a Futurock aseveró que “todo aquel que quiere volver y participar de una interna tiene que tener las herramientas; eso de andar cambiando las cartas orgánicas según mi conveniencia achica el movimiento, el partido y la participación democrática”. La ex ministra de Desarrollo Social también deslizó que “si a cada uno de los que intentamos participar se nos cierran las puertas o te hacen una metralleta pública es algo que no le hace bien al movimiento. Al que le quepa el sayo que se lo ponga”.
Las congresales del PJ referenciadas en Kirchner, Mayra Mendoza y Fernanda Raverta, fueron quienes salieron en defensa del titular del PJ bonaerense. “El rumbo político e ideológico que tiene el PJ bonaerense es el adecuado para seguir representando a nuestro sujeto social, diciéndole no al Fondo Monetario Internacional, por ejemplo, que es lo que hizo Máximo Kirchner siendo diputado y también siendo presidente del PJ de Buenos Aires”, contestó la intendenta de Quilmes.
“Hoy algunos vinieron a buscar aplausos y otros, reflexión”, dijo. Y agregó: “Hay miradas y tengo mi posición, que me parece importante como congresal de la Provincia de Buenos Aires hacer referencia a cuando otro congresal de la misma provincia dice que no se ha ganado una elección y demás. Se ha perdido una elección nacional producto de un mal gobierno del actual presidente de este partido, pero en la Provincia de Buenos Aires con Axel Kicillof se ha ganado”. El receptor de ese mensaje fue Gray.
En La Cámpora y el PJ bonaerense, deslizan que lo dicho por Mendoza funciona de respuesta “oficial” a las críticas que lanzó Gray de manera directa y otros dirigentes de forma indirecta. En la misma línea se pronunció Raverta. La ex titular de ANSES también se plantó al discurso de Gray: “Seamos serios y respetuosos. Cuando el proceso de estigmatización golpea, nos golpea a todos. Es mentira que en el peronismo se puede señalar a uno y no salpicar a los otros”.
En el Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires, Kirchner tiene mandato hasta diciembre del 2025. El armado de listas del año que viene será un tester para la negociación que cierre el ex presidente del bloque de diputados nacionales de Unión por la Patria.
Por lo pronto, en lo que va del año, reunió al Consejo partidario del partido el mes pasado en Cañuelas, donde el eje de la discusión versó sobre el respaldo político a Kicillof en su rol de gobernador frente a la política de ajuste del Gobierno nacional.
Además, semanas atrás, mantuvo algunas actividades públicas en el municipio de Chascomús donde inauguró una unidad básica, reunió a intendentes de la Quinta sección electoral y mantuvo un encuentro con investigadores del Conicet. Conocedor de las críticas y diferencias a cómo ejerce su rol que se plantean puertas adentro desde un sector del peronismo, por ahora Kirchner deja jugar.