Más detalles del caso de la pesca ilegal de merluza negra: en el sector pesquero esperan que haya una dura sanción
Las empresas denunciantes y el sector pesquero en general esperan que esta semana se conozca el sumario de la Subsecretaría de Pesca de la Nación en el caso del buque Tai An, de la empresa Prodesur SA, que según una denuncia de Argenova, Estremar y Pesantar, las 3 pesqueras argentinas con cuota de captura de Merluza Negra, y un informe del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep), pescó ilícitamente 175 toneladas de la especie, violando la Ley Federal de Pesca y la normativa del sector.
El viernes, en el puerto de Ushuaia, se terminó la descarga completa del enorme buque pesquero, de 102 metros de eslora, ante una comisión de fiscalización integrada por representantes de las empresas afectadas.
La merluza negra es la especie más valiosa del Mar Argentino y Prodesur y el buque Tai An son propiedad de Liu Zhijiang, un empresario de origen chino radicado hace 30 años en Ushuaia, donde hizo fortuna como cambista, tiene numerosas propiedades, una colección de obras de arte que incluiría una pintura original del pintor neerlandés Rembrandt van Rijn y una red de contactos e influencia política que llega al gobernador provincial, Gustavo Melella.
Según Zhijiang dijo al diario Clarín, a principios de febrero Melella habría pedido que se asignara al Tai An una “reserva” de la cuota anual de pesca de la merluza negra.
La “cuota máxima permisible de captura” de la especie, que asigna anualmente el Consejo Federal Pesquero (CFP) ha sido en los últimos 5 años de 3.700 toneladas anuales y se reparte entre Argenova, Estremar y Pesantar. El CFP hace una “reserva” de cuota (usualmente, 20% de la misma) que administra a lo largo de cada zafra para evitar que variables como la “pesca incidental” o cuestiones biológicas y ambientales afecten la pesquería de una especie muy protegida y de delicado ciclo reproductivo.
La gestión de Melella no tenía destino, porque el CFP aún no se constituyó bajo el gobierno de Javier Milei y porque además la “reserva” debe asignarse entre las empresas con “Cuota Individual Transferible de Captura” (CITC), justamente las denunciantes del accionar del Tai An.
Según el informe de los observadores científicos del Inidep a bordo del buque de bandera argentina del empresario chino, entre el 4 de febrero y el 11 de marzo este violó la ley federal de pesca en forma deliberada y alevosa, capturando 175 toneladas de merluza negra. Lo hizo, dice un informe que puede verse al final de esta nota,, en “zona de veda” (donde está prohibido pescar), a profundidades inferiores a la permitida (para evitar la captura de piezas “juveniles”) y en forma reiterada, haciendo “pesca dirigida” (a la merluza negra) y no “incidental”, como argumenta Liu Zhijiang.
El 15 de marzo, a partir de una foto en redes sociales que posteó un marinero a bordo del Tai An y de otros datos comerciales, Argenova, Estremar y Pesantar denunciaron el accionar del buque ante el Director Nacional de Control y Fiscalización Pesquera, Julián Suárez, que decidió ordenar el regreso del buque al puerto de Ushuaia, pero recibió luego un llamado telefónico de Pablo Ferrara Raisberg, funcionario de la cancillería argentina, que habría intercedido en favor del Tai An y de Prodesur. El superior de Suárez, el subsecretario de Pesca, Juan Antonio López Cazorla, que fue antes representante de Tierra del Fuego en el Consejo Federal de Pesca, se limitó a ordenar que el buque saliera de la “zona de veda”. El caso derivó en la renuncia de Suárez y de Ferrara Raisberg (y de un tercer funcionario del área de pesca, en solidaridad con Suárez) y finalmente el Tai An, escoltado por Prefectura Naval, debió dirigirse al puerto de Ushuaia, donde el viernes terminó de descargarse su captura, de momento “retenida”, no aún “decomisada” por las autoridades.
Liu Zhijiang se dice perseguido por las empresas con cuota de merluza negra, afirma que la captura del Tai An fue “incidental” y niega que haya capturado “juveniles”. Los datos de la denuncia y del informe del Inidep lo desmienten rotundamente.
En la denuncia original, del 15 de marzo, además, las empresas denunciantes pidieron que se investiguen comunicaciones comerciales de Prodesur con el empresario norteamericano Barry Markman, para la venta de la merluza negra capturada ilícitamente.
Mark Foods, de Markman, se unió en 2023 a Arista Industries en un negocio de alimentos de mar con ingresos anuales estimados en USD 800 millones. A priori, tomando como referencia el precio promedio de la merluza negra que exportó la Argentina en 2023 (USD 25.642 la tonelada), el valor comercial de la captura realizada ilícitamente por el Tai An sería de unos USD 4,5 millones.
Quedan muchas aristas por resolver en un episodio que afecta no solo la pesquería de una especie protegida y tan valiosa sino también la reputación pesquera internacional de la Argentina, por afectar una especie ultraprotegida, que cuenta incluso con un Acuerdo Internacional al respecto, el Convenio para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos.
Otra incógnita es, por caso, el accionar de Norma Oszut, la inspectora de la subsecretaría de Pesca a bordo del Tai An, que según expertos del sector pesquero, ante el accionar del buque, debió ordenar al Capitán que cese sus incursiones en zona de veda y los “lances” de pesca a profundidades inferiores a lo permitido, amén de mantener informada a las autoridades del área y, llegado el caso, ordenar el regreso a puerto. Oszut fue una de 25 mujeres que en 2021 se sumaron al plantel de inspectores oficiales que actúan a bordo de los buques.
Este fin de semana, Agustín de la Fuente, presidente de la Cámara Argentina de Industrias Pesqueras, básicamente de membresía patagónica, recordó en declaraciones radiales que la merluza negra tiene protección internacional por ser una pesquería de bajo volumen y de reproducción lenta y afirmó que la conducta del buque de Prodesur atenta contra la sustentabilidad de la especie. “Parecería que se ha cometido un delito e instamos a las autoridades de aplicación que sean muy rigurosos”, concluyó.
La merluza negra argentina, cuyo nombre científico es dissostichus eleginoides, es conocida internacionalmente como “Patagonian toothfish”, debido a sus numerosos y prominentes dientes con los cuales se alimenta de calamares, cangrejos, camarones (o gambas) y otros peces de menor tamaño y en algunos mercados tiene otras denominaciones, como Mero y Bacalao de profundidad.
El sitio especializado de Merluza Negra Argentina, de la cual se tomó la foto de arriba, informa que la especie vive en aguas próximas al fondo del Océano Austral y del Atlántico Sur. Pertenece a la familia notothenidae, característica de las aguas frías antárticas y subantárticas. Puede superar los dos metros de longitud y 100 kilogramos de peso. Los adultos se encuentran a profundidades de hasta 2.500 metros , mientras los juveniles habitan aguas más someras. Es de sabor exquisito, de ahí los más de USD 25.000 dólares la tonelada a las que cotiza en el mercado internacional.
En 2023, para acotar la pesca encubierta de la especie, la subsecretaría de Pesca había bajado el límite de captura “incidental” (técnicamente llamada by-catch) a 5 toneladas por marea, justamente a causa de andanzas precedentes de Prodesur y del Tai An. Las 175 toneladas que según Liu Zhijiang, el dueño de la empresa y del buque, el Tai An capturó “incidentalmente” esta vez, exceden en 3.400% ese límite.