El oficialismo mantiene firme su estrategia de estirar los plazos y bloquea el debate del mega DNU en Diputados
El envión que había logrado el debate por el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023 luego del rechazo por una amplia mayoría en el Senado de la Nación encontró un freno en la Cámara de Diputados.
El bloque de Unión por la Patria no logra sumar los votos necesarios, algo que parecía más simple luego de la votación en la Cámara alta, y el DNU mientras tanto se mantiene vigente. “Al día posterior del Senado, nos sobraban votos, la Casa Rosada se sentó a negociar y hoy no llegamos al quórum”, explicó a Infobae uno de los 99 legisladores que tiene el bloque peronista.
En los primeros días post rechazo del DNU en el Senado -donde sumó 42 votos negativos sobre 72- la oposición se animaba a contar más de 130 voluntades. Pasado el tiempo eso se fue diluyendo. Tanto es así que el bloque kirchnerista aún no hizo una presentación de pedido de sesión mientras que en la Cámara alta había realizado tres pedidos.
“En Diputados es diferente. Acá, con 10 firmas pedís la sesión especial y Martín Menem -presidente de la Cámara- no se puede negar. Se pone la fecha y ahí se juega si conseguís o no el quórum. Está claro que no tienen el número porque te imaginás que en un bloque de 99 diputados es muy fácil conseguir las 10 firmas”, explicaba una senadora de la UCR. “Esto es consecuencia de las negociaciones que lanzó la Casa Rosada, los votos en contra del Senado los bajaron a la realidad y se sentaron a negociar”, agregó la legisladora de boina blanca.
El problema con el que se enfrenta la oposición es de plazos. En los primeros análisis que se hicieron la conclusión fue la necesidad de avanzar rápido. “Mientras más cerca del 25 de mayo nos encontremos, menos chances vamos a tener de rechazarlo. El Gobierno, si es pícaro, va a abrir la billetera para las provincias y vamos a perder votos”, Y eso parece haber sido el resultado de las primeras reuniones de la Casa Rosada con la oposición no K.
En paralelo, los sectores dialoguistas avanzan en un “plan B” al decreto que desregula la economía eliminando alrededor de 80 leyes y modificando otras 300: ir presentando proyectos de ley “espejo” a cada uno de los capítulos que contiene el DNU.
El más avanzado es el PRO, sector que se encuentra cada vez más cerca de ser el brazo ejecutor de los intereses de la Casa Rosada en el Congreso dando apoyo logístico, expertise parlamentario y, principalmente, votos que acompañen el posicionamiento de La Libertad Avanza.
El radicalismo se muestra dividido por sus propios internas y no logra articular una posición única. Mientras los sectores encolumnados detrás del cordobés Rodrigo de Loredo avanzan en consonancia con el PRO y la Casa Rosada, los que encontraron en el médico Facundo Manes un nuevo norte se oponen al DNU y se posicionan en sintonía con Martín Lousteau, que rechazó en el Senado.
Por el lado de Hacemos Coalición Federal la situación es similar a la de la UCR y se muestra sin una postura unificada. Sin embargo, participa de las negociaciones y sus referentes fueron variando del voto en contra a el consejo: “Envíen proyectos de ley de cada tema y avanzamos”.
Lo cierto es que todo ese escenario de divisiones en los bloques no kirchneristas favorece a la estrategia del oficialismo de estirar los plazos y que no se trate el DNU en Diputados. Mientras tanto, discute la nueva Ley Ómnibus y prepara el terreno para otro decreto que en los próximos días deberá ingresar al Congreso de la Nación. También tiene futuro incierto: el DNU que modificó la fórmula jubilatoria.