Política

Las Sociedades Anónimas Deportivas entran en etapa de definición: claves de una medida que excede el fútbol e impacta en la política y la economía

La leyenda del “Perdimo, Mauricio” cumplió hace rato 25 años y ese mundo donde conviven la política, el fútbol y los negocios no parece haber mejorado tanto. Salvo que Argentina es, ahora, campeón del mundo. La anécdota se refiere al día en que el fallecido Julio Grondona convocó al Consejo Directivo de la AFA para escenificar el rechazo de la dirigencia de los clubes a permitir el ingreso de inversores. La idea la había llevado Macri, en ese entonces entusiasta presidente de Boca. Un cuarto de siglo después, las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) adquirió una nueva realidad por la autorización que dispuso Javier Milei con el decreto de necesidad y urgencia para impulsar una serie de desregulaciones y aperturas.

La diputada nacional Juliana Santillán (La Libertad Avanza) y el presidente de World Eleven, Guillermo Tofoni, que estuvieron trabajando en la reglamentación del decreto para poner en vigencia plena los cambios impulsados por el Gobierno, hablaron con Infobae sobre su contenido. Defendieron la medida, buscaron despejar dudas y temores e insistieron con que se trata de una innovación que será de libre adopción por los clubes.

“Argentina no puede retener sus jugadores, no se les puede pagar y no hay infraestructura donde puedan entrenar. Somos cuna de cracks y esos cracks se van del país muy jóvenes”, aseguró la dirigente política en quien el primer mandatario delegó el tema. Por su parte, Tofoni confirmó que en la Argentina podría concretarse en un plazo muy corto “una inversión de entre 2.500 y 3.000 millones de dólares” de capitales extranjeros, tanto de Estados Unidos como del mundo árabe. “Los inversores están esperando la reglamentación, para saber si se van a respetar los contratos”, advirtió.

Superclásico River vs Boca
El fútbol argentino, la mayor pasión argentina que podría empezar a cambiar a partir de las sociedades anónimas deportivas (@fotobairesarg)

Lo cierto es que en 16 artículos del mega DNU, el Presidente impulsó en diciembre pasado una profunda reforma de la legislación que arrastra el país desde los años 70 del siglo pasado, que le puso un cerrojo al ingreso de inversores privados a los clubes. En ese sentido, entre los considerandos, el decreto destacó que Argentina “ha desarrollado un sistema de deporte que debe ser mejorado sustancialmente, ampliando las estructuras organizativas que lo integran”.

“Es imperioso modificar la Ley N° 20.655 a los efectos de incluir nuevas figuras societarias para la conformación de las entidades que integran el Sistema Institucional del Deporte y la Actividad Física, de modo de ampliar las opciones a las que puedan recurrir dichas entidades (…) Esta actualización normativa no puede ser interpretada como una imposición a las aludidas entidades deportivas de transformar su actual forma de organización, sino que constituye una ampliación de las opciones entre las que pueden elegir libremente la conformación que mejor responda a sus intereses”, estableció el DNU 70/2023.

Ese decreto en cuestión fue impugnado en sede judicial por “manos amigas” de la conducción del fútbol, que rechazaron la necesidad y urgencia de la reforma y hablaron de un supuesto “daño irreversible” si las habilitan. El Gobierno apeló, la Cámara de San Martín confirmó la decisión de primera instancia y el caso terminó en la Corte. De todos modos, para la Casa Rosada, ningún fallo suspendió su vigencia y, es más, creen que están en vigor y por eso no se descarta que se impulse en breve la reglamentación para que tenga implementación efectiva.

De ese y otros temas hablaron en los estudios de Infobae Santillán y Tofoni.

“Las Sociedades Anónimas del Deporte son una puerta de entrada a una industria que, como pasó en muchas otras industrias argentinas, quedó desfasada de la época. Nosotros tomamos al deporte como una industria, luego vienen todas las particularidades del caso”, explicó Santillán. Y resaltó que con las SAD se abre una oportunidad para el ingreso rápido de inversores en una actividad como el fútbol.

–Uno de los cuestionamientos se refirieron a la necesidad y urgencia que puede tener establecer esta figura en el ámbito deportivo. ¿Qué responde a esa crítica?

-Santillán: El presidente tomó el Gobierno con una hiperinflación en la puerta. Para enfrentar ese y otros problemas que tiene la Argentina se requiere de inversión. Con la incorporación de las SAD al decreto lo que se hizo es que Argentina pueda rápidamente hablar de inversión extranjera en el ámbito deportivo, que los clubes pueden sanear sus deudas y que puedan tener inversiones en infraestructura. Todo lo que los clubes están soportando hace años por una falta de visión por el sistema que los está regulando. Las sociedades anónimas deportivas están probadas en el mundo y son efectivas.

En el fútbol, Argentina tiene seis veces menos de inversión privada que países de Europa. Este es un desfasaje termina con el 97% de los clubes del país que en algún momento de su historia afrontaron pedidos de quiebra. Además, no hay transparencia de lo que pasa en los clubes, que son asociaciones civiles sin fines de lucro donde a veces se benefician unos pocos. Frente al sistema de asociación civil sin fines de lucro obligatoria, se les brinda a los clubes la posibilidad totalmente libre de las sociedades anónimas. En asamblea, los socios pueden elegir mantenerse como asociaciones civiles o sociedades anónimas.

–El rechazo a las SAD no sólo está en los clubes, sino que también en la política hay dudas. ¿Qué se le puede decir desde la política a la política sobre esto?

-Santillán: Acá lo que intentamos es romper y terminar con el statu quo. Tenemos que salir de un sistema que es ineficiente. Para dar un ejemplo: en el Mundial del 78, los jugadores que formaron parte de la Selección venían en un 90% de ligas nacionales. Hoy el 90% de nuestros jugadores de la Selección Argentina vienen de ligas extranjeras. ¿A qué se debe eso? A que los deportistas están en el extranjero. Argentina no puede retener sus jugadores, no se les puede pagar, no hay infraestructura donde puedan entrenar. Somos cuna de cracks y esos cracks se van. Obviamente hay una regulación que está fallando.

Las sociedades anónimas permiten que los clubes, de manera voluntaria, puedan recibir inversiones extranjeras para pago de sueldos, mejoras en las canchas, infraestructura para que los clubes en general tengan mejores condiciones. Estos beneficios no solamente deben aplicarse al departamento fútbol de los clubes a sino todas las actividades deportivas.

Argentina tiene más de 25 clubes de liga nacional y estos clubes no tienen financiamiento que no vengan de las cuotas de los socios. Por eso viene toda la debacle luego de los pedidos de quiebra y por eso los clubes no pueden ascender o ascienden unos pocos. Las asociaciones civiles esconden detrás un negocio para unos pocos, mientras que la sociedad anónima lo que hace es transparentar, también, el manejo y el funcionamiento de esos recursos por medio de controles internos y controles en cómo se invierte.

Nuestro proyecto de reglamentación que se le presentó al secretario de Deporte, Turismo y Medio Ambiente, Daniel Scioli, también contiene visiones hacia el capital humano, porque a nosotros nos interesa la persona desarrollando su proyecto de vida en el deporte. La educación, la formación, la salud de ese jugador es esencial y la única manera de retenerlo en nuestro país es dándole los recursos que deben venir de los privados, porque no se lo puede sacar sólo de las cuotas que cobran los clubes.

Baldassi, Santillán, Scioli, Garro y Tofoni
Baldassi, Santillán, Scioli, Garro y Tofoni (Facundo/)

–Quiero que me hable de este proyecto desde el ámbito empresario, del inversor. ¿Qué implica para la dirigencia y para los clubes como institución? ¿Y qué tienen que saber los hinchas y los socios?

Tofoni: Toda inversión, en cualquier orden, significa mejorar. Mejorar la calidad del servicio, mejorar la infraestructura, que falta muchísimo en la Argentina. Voy a separar lo que se refiere a hinchas de socios. No es lo mismo el socio que paga su cuota que los hinchas. Pongamos por caso Boca y River, que pueden tener 300.000 socios y 10 millones de hinchas cada uno. El socio está preocupado por si la inversión privada puede sacar el básquet, el tenis o espacios comunes. La gran posibilidad de convertirse en una sociedad anónima deportiva tiene que ver con mejorar lo que ya tienen los clubes, no es para empeorar o entorpecer.

Acá hay que ser claro en esta parte, porque hay muchísima confusión: siempre, al final del día, los clubes van a ser de los socios y de los hinchas, no importa si el que dirige es privado o en este caso son dirigentes, porque en una reunión de comisión directiva los socios no opinan. Por supuesto que hay una sensación térmica que la mayoría de los clubes manejan, que está ligado a los resultados, porque no es lo mismo que la pelotita entre a que no, eso cambia muchísimo el amperímetro.

Pero quiero dejar un dato: desde la creación de los mundiales de fútbol hay solamente ocho países campeones del mundo. Argentina, gracias a Dios, es el último. Siete de esos ocho tienen sociedades anónimas privadas, es decir el 92% de de los campeones tienen sociedades anónimas y el 80% en cada uno de esos países tomaron ese guante de ser sociedades anónimas. En Alemania tenés algunos clubes que quedaron en manos de los socios, pero en un 80% tienen el famoso 51%-49%.

Frente a esa situación, hay muchísima expectativa internacional para saber hacia dónde va a ir la legislación en nuestro país. Si habrá las garantías jurídicas que nuestro país necesita darle al inversor, porque no es que están haciendo colas de kilómetros para venir a invertir si no van a tener la seguridad jurídica de que no van a venir el día de mañana una comisión directiva y decir “no, este contrato no va más”. Los contratos están para ser cumplidos y Argentina tiene que dar ese paso y dar un mensaje claro a los mercados internacionales de que esta ley viene en serio. De hecho, nos están preguntando de varios mercados cómo viene la integración, cómo va a funcionar. Entendemos también que tiene que haber un mensaje de integridad, de ética, de moral. Son palabras que se tienen que poner de modo el mundo del fútbol.

–¿Qué significa eso?

-Tofoni: Ser transparentes. Ser transparentes en los pases. No puede ser que haya muchísimos representantes que son dueños de los derechos de formación de la mayoría de los jugadores, sobre todo los del Ascenso. Como decía la diputada Santillán, hoy el 90% de los jugadores de la Selección Argentina están en el exterior porque los clubes argentinos no pueden resistir quedarse con esos contratos y hacerles contratos de mayor tiempo. ¿Por ejemplo, a Julián Álvarez a cuánto podría venderlo hoy River?

Boca y River. MacAllister y Julián Álvarez triunfan en la Premier League y valen decenas de millones de dólares
Boca y River. MacAllister y Julián Álvarez triunfan en la Premier League y valen decenas de millones de dólares (Carl Recine/)

–Los hinchas de River todavía lo sufren.

-Tofoni: Podemos hablar también de MacAllister, en Boca, que se fue prácticamente libre. Y eso tiene que ver con la economía. Estamos hablando de los dos clubes más grandes del país. Pero también sucede en segunda y en tercera división. Finalmente, en Argentina hay que sacarse la careta porque hay muchísima inversión privada. De muchísimos clubes, de algunos que conocemos, y que en realidad el aporte no lo hacen ni los socios, ni los hinchas, ni los dirigentes, sino que lo hacen privados. A esa gente hay que darle un instrumento jurídico, deportivo, legal y desde el Gobierno para que vaya en bloque.

Esto no puede ser como se hizo, por ejemplo, en la primera etapa de Carlos Menem, donde no hubo una legislación. Entonces un Deportivo Mandiyú de Corrientes desapareció, o una sociedad como Blanquiceleste (en Racing Club), estuvo en quiebra. Eso no puede volver a suceder, entonces la inversión tiene que estar equilibrada.

–Hay cierto temor a partir de esas malas experiencias pasadas de que aparezcan empresas que ingresen en clubes, que dilapiden su principal patrimonio, que en muchos casos son los jugadores, y después se vayan.

-Tofoni: Es que no cualquier empresa internacional o nacional está en condiciones de tomar un club de fútbol. Definitivamente tiene que haber un ente que controle. ¿Primero, quién es esa persona que quiere invertir en un club? ¿Quién es ese grupo? ¿De dónde vienen los fondos? Tiene que pasar por un departamento de Compliance. Tiene que estar exactamente establecido antes de invertir, cuánto dinero va a invertir y dónde lo va a invertir. Nosotros estamos convencidos de que esto va a salir adelante, porque más siempre es más. En cuanto a los mercados internacionales se les dice que la inversión es todo cash in, es decir, todo va al club, automáticamente y de manera inmediata, los clubes van a ver el progreso, y los socios básicamente lo van a poder ver. El hincha quiere ganar. Y el socio también quiere ganar, pero también quiere disfrutar de las instalaciones. Y si son mejores, mejor para su familia.

–El presidente habló de intereses de clubes de Europa y eventualmente de inversores árabes. ¿Como empresario, es cierto que hay interés en poner plata en clubes argentinos?

-Tofoni: Sí, y puedo dar una estimación y contar rápidamente qué ven: una inversión de entre 2.500 y 3.000 millones de dólares podría desembarcar a la Argentina en infraestructura, en mejoras de estadios, creación de albergue para chicos, campos de entrenamiento. Hay que decir, y esto tiene que estar muy claro, que el 10% va a estar invertido en salud y en educación, sin excepción, por lo cual mejora la instancia que tiene la mayoría de los clubes en en el país. También se va a establecer mucha inversión en cuerpo técnico, jugadores y scouting, para generar una buena escuela de fútbol.

Todo esto, con un marketing único -y esto hay que aprovecharlo ahora- porque hoy Argentina es campeona del mundo. ¿Qué están viendo y qué están esperando los mercados internacionales? Qué mensaje va a mandar a Argentina: si va a ser un mensaje de respeto de contratos, donde el inversor va a estar protegido. Porque, fantástico, algún empresario puede pensar “voy a invertir 10 millones de dólares, 100 millones de dólares”, ¿cómo se van a garantizar como inversor que mañana no van a abrir una asamblea y se van a querer robar el dinero? Hay que ser muy claros y muy precisos para los mercados internacionales de que Argentina puede estar abierta a la inversión de capital, pero también con una seguridad jurídica que no la tuvo antes.

–Diputada, concretamente, sobre el decreto y la reglamentación para que esto empiece a funcionar en plenitud. ¿Cómo está la situación hoy?

-Santillán: Nosotros le presentamos al Presidente de la Nación y al secretario de Deporte y Turismo la reglamentación que venimos desarrollando con un equipo técnico, abogados, estudiosos del sistema de Uruguay, Chile, Perú, Europa, por supuesto, basados en el sistema inglés, que es el que el Presidente adopta y solicita este trabajo. La reglamentación está puesta sobre la mesa y estamos trabajando en integrar las inquietudes de otros actores de la política. Ya nos juntamos con el subsecretario Julio Garro y también con diputados de la Nación que tienen sus propios proyectos.

Todos congeniamos en que necesitamos administraciones de clubes eficientes, transparentes y, sobre todo, que generen valor y verdadera inversión a la Argentina. Porque cuando se va abriendo estas oportunidades, se está abriendo el ingreso a la gastronomía, a los espectáculos musicales. Se está haciendo de Argentina una marca país y el fútbol es eso. Es una pasión para los argentinos. ¿Qué no son las sociedades anónimas? No es la privatización del fútbol, no es la apropiación de los clubes por parte de un privado. ¿Qué sí son las sociedades anónimas deportivas? Es invitar a los clubes a ser parte del nuevo paradigma, que es lo que sí funciona en el mundo, ser parte de manera voluntaria, optativa, de lo que en el mundo sirve, que es que los clubes puedan recibir inversiones privadas.

El presidente de la Nación puso a la Argentina en el centro del mundo. Nosotros estamos acompañando ese centro del mundo hacia la reglamentación de las sociedades anónimas, que el mundo nos empiece a mirar como una propuesta de inversión en el deporte. Somos cuna de cracks, tenemos deportistas de élite que ninguno, lamentablemente vive en la Argentina ni puede desarrollar su disciplina aquí.

Entrevista a Juliana Santillán y Guillermo Tofoni
La diputada Juliana Santillán viene trabajando desde antes de asumir la banca en las SAD

–¿Para redondear, entonces, qué es lo que falta para que esta reglamentación efectivamente se firme? ¿Y cuando los clubes van a poder tener la opción de en una asamblea analizar, debatir y eventualmente votar?

-Santillán: Las sociedades anónimas deportiva ya tienen carácter de ley, por el hecho de estar en el decreto de necesidad y urgencia. El decreto tiene fuerza de ley. Los clubes pueden optar esta posibilidad. La reglamentación está puesta a disposición del Ejecutivo. Son los tiempos del Ejecutivo cuando decida que esto sea efectivo mediante una línea y una regla de acción. Pero esto ya está. Es lo que sucede. El presidente vio la necesidad y en la urgencia de una Argentina que requiere el ingreso de divisas al país de manera segura, instantánea y rápida. Y eso, por supuesto, siempre está en los tiempos del Poder Ejecutivo.

–¿Qué mensaje se les transmite a los que descreen y ven sólo los riesgos de este sistema?

-Tofoni: Creo que el riesgo más grande es el que afronta el inversor. En Argentina tenemos lindos ejemplos. Talleres de Córdoba estaba en tercera división y hacía años que no competía en Primera, con serios problemas económicos. Vino un grupo exterior comandado por argentinos, que fueron a hacer un trabajo espectacular en México, y ese equipo en tres años ascendió a Primera, hubo inversión privada, y ahora está jugando Copa Libertadores y vendió jugadores por millones de dólares. Habría que hacer un censo con los hinchas de Talleres, si estarían de acuerdo con este modelo. Yo creo que sí, porque es un modelo exitoso. Después los resultados se dan con el tiempo. Es la añadidura de hacer un trabajo previo, por lo cual el riesgo más grande lo tiene el inversor. Porque va a tomar un riesgo enorme en infraestructura, en mejorar el estadio, en hacer campos de entrenamiento, en preocuparse que los chicos no se vayan con 18 o 19 años, que se queden hasta los 23, 25 años y en vez de venderlo en cinco, lo puedan vender en 50, o en vez de venderlo a 20, lo vendan en 100. Porque por supuesto es un negocio pero tienen que ser un negocio donde hay que cuidar los intereses…

–Los intereses de las dos partes, también los intereses de los clubes…

-Tofoni: Por supuesto, y para eso hay una ley, porque la ley tiene que proteger al inversor, pero también tiene que proteger al club para que no vuelva nunca más una quiebra. Hay equipos hoy que están con pedidos de quiebra. Doy otro caso de un club chiquito: San Miguel. Estuvo 17 años en quiebra, hasta que una inversión privada, de dueños de salones de fiestas pusieron plata en el club, en infraestructura, en buscar mejores jugadores. Ya ascendieron tres categorías y levantaron la quiebra. ¿Entonces se puede? Por supuesto que se puede. Lo que hay que generar es el vehículo para proteger al club, proteger la inversión y que esa infraestructura quede para las próximas generaciones.

Entrevista a Juliana Santillán y Guillermo Tofoni
El empresario Tofoni, en la entrevista en los estudios de Infobae

–¿En la reglamentación está la posibilidad de de hacer una reversión de la decisión de un club ingresar como Sociedad Anónima Deportiva?

-Santillán: Sí, por supuesto, porque es un contrato basado en las leyes de la Argentina. Los contratos son por tiempo determinado, por pedidos determinados. No hay una apropiación, no hay una expropiación de los clubes. La masa societaria, la Asamblea del club, va a decidir tanto ser sociedad anónima como los tiempos para dejar de serlo. De las últimas 14 Copas Libertadores, Argentina solamente ganó tres, y eso tiene que ver con la ineficiencia de las ligas en la Argentina.

Manejamos pasiones, pero no las sabemos administrar. No administramos la pasión que mueven los argentinos, la hacemos deficitaria, la hacemos ineficiente. La palabra que atraviesa toda la reglamentación, como la visión del presidente cuando toma cartas en el asunto, es la eficiencia. Tenemos un sistema que es del año 74, que no fue modificado, y que fue modificado gracias al decreto. La eficiencia es el único objetivo por el cual estamos desarrollando esta reglamentación que está en manos de la Secretaría de Deportes.

Está en manos del Ejecutivo reglamentarla, pero nosotros sabemos que es el camino correcto, es una línea que está trazada y esto no tiene marcha atrás. La libertad de los de los socios, de los presidentes de clubes está intacta porque es una decisión que se tomará en uso de la libertad. Van a elegir elegir ser o no sociedades anónimas. Por lo tanto, la libertad, la propiedad privada, que son los bienes protegidos por el Presidente en toda su gestión, estarán garantizados en la reglamentación.

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