Habló el argentino que sufrió un brutal nocaut en Estados Unidos: “Me replanteo un montón de cosas en el boxeo”
Las imágenes del brutal nocaut que recibió Jonatan Ariel Sosa durante una pelea en Estados Unidos generaron preocupación en Argentina y la información sobre su salud había sido brindada por cuentagotas. El pugilista regresó al país durante las primeras horas del viernes y se encontró con un vendaval: lo sucedido en el evento contra Terrence Williams se había convertido en un hecho viral. La filmación, estremecedora por cierto, del minuto y monedas que duró ese primer asalto se repitió en cada rincón mediático. Redes sociales, medios, TV y más.
Pero a Yoni no le importa la derrota, el doloroso KO, el hilo de caídas consecutivas que indica su historial. Sólo quiere remarcar el peligro sobre una serie de golpes que pasaron inadvertidos y que, según asegura a cada paso, lo dejaron inconsciente antes de caer a la lona: “Hay tres golpes que no son reglamentarios en el boxeo, que son en la nuca. El primero es con la mano izquierda de él, me baja la cabeza y con la derecha me da los tres golpes. Caigo al piso. Y cuando me levanto el juez me pregunta si estoy para seguir. Ya cuando me levanto, no estoy consciente. ¿Qué le digo al juez? Le digo que sí. El juez tendría que haber interpretado, verme a mí y decir ‘no está para seguir’ y terminar la pelea”, le dice a Infobae.
Las imágenes acompañan su relato. Todavía no se habían cumplido los primeros 30 segundos del asalto inaugural, pero el juez Michael DeJesus debió detener la pelea por –al menos– dos golpes del norteamericano a la nuca del argentino. Necesitó más de 40 segundos para dar el ok al referee y así continuar con el combate. Luego, un puñado de segundos más tarde, llegarían esos dos cruzados de izquierda que devolverían una imagen verdaderamente preocupante de Jonathan tendido en el suelo, lo que derivó en la asistencia de oxígeno y luego la ayuda de cuatro personas para bajar del cuadrilátero.
Asegura no recordar nada después de eso: “Ahí se me borró la pantalla… lo que me acuerdo después de los golpes en la nuca recién es cuando me están llevando en ambulancia al hospital. Me acuerdo un flash. Me acuerdo que me están llevando en ambulancia y después en el hospital ya me acuerdo”. No tiene en claro en qué hospital estuvo y la preocupación por su salud se sostiene aún hoy, porque “allá me hicieron un control nomás” y volvió al país para examinarse en profundidad: “Acá me tengo que hacer el chequeo yo por mi parte. Tomografía de la cabeza, todo eso. Llegué recién hoy (viernes) a Argentina para mañana hacerme todo. O el lunes a más tardar”.
Sosa es un peleador de San Martín, que empezó a boxear con amigos en el gimnasio y lentamente fue detrás de una pasión que podría cambiar su realidad de golpe. Pero en 2017 entró en un espiral de derrotas oficiales, que lo trajeron a este presente con 33 años de 17 caídas y 7 triunfos. 13 de esas peleas perdidas fueron en las últimas 14 presentaciones. “Para todo boxeador argentino es difícil. Para todos. Obvio, del boxeo prácticamente no se vive en Argentina”, repite mientras aclara que fuera del cuadrilátero se dedica a hacer prótesis dentales.
Pero él es un pugilista de pura cepa y no se bajó del ring a pesar de las derrotas. Incluso en medio de esa racha adversa consiguió desembarcar en 2021 en la meca del boxeo, Estados Unidos. Combatió con debutantes, promesas y experimentados. También con proyectos noqueadores, como el invicto norteamericano Terrence Williams que lo derribó el miércoles en el Whitesands Events Center de Plant City, Florida: tiene 23 años, debutó como profesional hace 14 meses y ya firmó 5KO en 6 peleas.
Aunque los números son adversos, él defiende su travesía por Estados Unidos, al mismo tiempo que aclara que es un “laburante” de los guantes y esta pelea se la ofrecieron así: “Me mandó un promotor de allá un solo pasaje, fui sin técnico, sin nada. Agarré eso. Lamentablemente nosotros tenemos que agarrar porque nos sirve la plata y laburamos de esto”. “Obvio”, responde automáticamente cuando se le consulta si presentarse en Norteamérica le significa una diferencia de dinero: “Toda la vida, porque prácticamente acá en Argentina al boxeo no le dan bola. Te pagan monedas, allá haces la diferencia”.
“Yo no creo que sea un riesgo o mala decisión ir, porque no es la primera vez que voy. Ya varias veces he ido y siempre salieron bien. Habré ido cinco veces y las veces que fui salieron bien la pelea. Esta fue la única pelea que hubo golpes en la nuca. Mirás mi récord, está bien, están todas perdidas, pero vos fijate contra quién perdí”, asegura. Las estadísticas del sitio especializado Boxrec indican que sufrió una derrota anticipada contra el debutante Alayn Limonta (hoy con 5-0 a favor, todos KO) y el invicto James Perella (18-0, 13KO). En las tarjetas los jueces dieron fallo dividido a favor de Mike Ohan Jr (15-1, 9KO) y Victor Reynoso, este último en octubre pasado, en una presentación que puso el registro del dominicano en 9-0 (6KO).
Para Jonathan esto es una pasión, pero también sabe que es un obrero. Que para poder juntar un dólar fuera del país debe someterse a ser el probador en este tipo de exámenes. Lo que pasó contra Williams lo hace repensar el camino: “Me replanteo un montón de cosas en el boxeo. Yo tengo una familia, mi hija, que no me gustaría que el día de mañana estar mal yo y no poder disfrutar a ella. Tomé noción en el sentido de que no fue algo así nomás. Me trajo el recuerdo, sin ir más lejos, a lo que le pasó a Prichard Colón que por un golpe en la nuca mirá cómo terminó la carrera de ese boxeador. Para que no me pase lo mismo a mí”. El caso que menciona es el de un boxeador puertorriqueño que en 2015, a los 22 años, terminó gravemente perjudicado en su físico por un golpe ilegal.
Sosa está de regreso en Argentina. Lo primero que importa es que su salud esté bien. Que lo que ocurrió en Estados Unidos sea tan solo un mal recuerdo. Pero también obliga a replantear algunas cosas en el pugilismo argentino, y en el internacional. El boxeo, claro está, es un deporte en el que se pone en riesgo la vida en cada golpe. En cada movimiento. No es una novedad. Pero fuera de las grandes carteleras a veces hay casos trágicos. Y algunos boxeadores deben arriesgarse de más para poder subsistir. Como si fuese el costo a pagar para poder ponerse los guantes. Es necesario buscar soluciones para que no haya que lamentar cosas peores a futuro. “Esto más que nada para que tomen conciencia que los golpes ilegales no tienen que ser parte del boxeo. Tienen que tomar una determinación los jueces”, reflexiona Jonathan.