Detuvieron a la pareja de la mujer desaparecida en Tigre hace más de un mes
A más de un mes de la misteriosa desaparición de Mabel Albornoz, la vecina de Tigre de 63 años, este jueves detuvieron al hombre que vivía con ella. Así lo confirmaron fuentes del caso a Infobae.
Transcurrieron exactamente 50 días desde que se vio por última vez a la mujer, el pasado 8 de mayo, durante la mañana, sobre la vereda de su casa, situada en la calle Albarellos. Desde aquel momento, la causa estaba siendo investigada a cargo del fiscal Gonzalo Acosta.
Desde el inicio, se llevaron a cabo reiterados allanamientos en el domicilio de Albornoz, así como también en la casa de uno de sus hijos en San Fernando: los resultados dieron negativo. Según remarcaron las fuentes, se la buscó en diferentes puntos y en varios hospitales de la zona, pero tampoco se logró encontrarla.
Asimismo, este jueves, durante un nuevo procedimiento, detuvieron a su pareja y papá de sus dos hijos. Se trata del único sospechoso en la causa, hasta el momento, y quien está imputado por femicidio, según precisaron las fuentes. No obstante, no se descarta nada nuevo que pueda surgir en la investigación, indicaron.
Según confiaron fuentes del caso a este medio, desde hacía tiempo la pareja no se estaba llevando bien y eran muy frecuentes las discusiones entre ambos.
Por otra parte, algo que levantó las sospechas de los investigadores fue que, de acuerdo a las últimas imágenes de la vecina de Tigre -que fueron captadas por las cámaras de seguridad instaladas en la zona-, se la veía barriendo la vereda de su casa. Pero después de ese momento, Mabel Albornoz no volvió a salir de su propiedad. Además, fue posterior a ese instante que su teléfono “se cortó”. Tampoco faltaba su ropa ni los documentos.
Su tarjeta SUBE no volvió a activarse aquel día, por lo que era imposible saber si la mujer se había movilizado hacia algún destino.
Albornoz “era una mujer muy metódica y rutinaria”, que trabajaba en dos lugares como empleada doméstica, añadieron las fuentes.
Femicidio en Santiago del Estero
Carolina Ledesma tenía 22 años cuando fue brutalmente asesinada en su casa de Fernández, en Santiago del Estero. La joven fue hallada el 19 de febrero por su familia tendida sobre la cama, con múltiples golpes y ahorcada con una sábana en el cuello. Su ex, Matías Loto, era el único sospechoso por el crimen y se quitó la vida.
El caso conmocionó a la provincia. Según la autopsia, la víctima murió por “asfixia mecánica”. Su cuerpo presentaba patadas en el estómago, las piernas y entrepiernas; y golpes de puño en uno de sus ojos y en la nariz. Además, tenía signos de defensa y material genético debajo de sus uñas, por lo que se deduce que la joven intentó resistir al ataque luchando contra su agresor.
Desde la noche del crimen, su ex novio estaba prófugo. Sin embargo, después de dos meses, los investigadores hallaron restos óseos en un monte cerca de Fernández: había un cráneo con dientes. Este martes, finalmente, se conocieron los resultados de las pruebas de ADN que confirmaron que los huesos pertenecían a Loto.
“La familia de Carolina está muy triste, enojada y consternada. Hace dos meses que están estos huesos, es decir que Matías estuvo unos días con vida. Terminamos esta investigación de forma muy amarga”, sentenció Franklin Moyano, el abogado de la familia de la víctima, en diálogo con Infobae.
“Siento impotencia porque lo primero que queríamos todos era que a él se lo encuentre con vida para que pague todo el daño que causó”, señaló un amigo de Ledesma a este medio tras conocerse los resultados. “La familia quería que se haga justicia, que él pague todo lo que le hizo a ella”, agregó resignado.
La causa estaba siendo investigada por el fiscal Pedro Sánchez. Entre las pruebas, había informes de compañías telefónicas que constataban que el sospechoso había estado en la casa de la víctima, y mails amenazantes encontrados en la tablet de la víctima, días antes del femicidio.