El futuro del trabajo ante la automatización y la inteligencia artificial
Un estudio de Goldman Sachs ha alertado sobre la posible automatización de hasta 300 millones de empleos debido a los avances en inteligencia artificial, lo que afectaría a una cuarta parte de la fuerza laboral en Estados Unidos y Europa. Sam Altman, creador de ChatGPT, explora qué podrían hacer las personas si la IA y los robots las reemplazan.
Altman considera la renta básica universal como una solución posible. En 2016, expresó su interés en financiar un estudio sobre esta idea en su blog de YCombinator, pues creía que había una falta de datos concretos para determinar su eficacia.
Elon Musk, en una entrevista con CNBC realizada en 2016, señaló que el rápido avance de las capacidades de los robots impulsaría la creación de este ingreso económico. “Hay una gran posibilidad de que terminemos con un ingreso básico universal, o algo así, debido a la automatización”, dijo el fundador de Tesla.
Una investigación de OpenResearch, financiado por Altman mostró que la renta básica universal mantiene la salud mental y fomenta las donaciones a causas benéficas, sugiriendo que podría ser una respuesta viable a los desafíos laborales de la automatización.
¿Qué es la renta básica universal?
La renta básica universal es un concepto económico y social que propone proporcionar a todos los ciudadanos un ingreso regular y sin condiciones, suficiente para cubrir sus necesidades básicas de vida. Este ingreso se otorga independientemente de la situación económica, laboral o social de la persona, y no está sujeto a requisitos como la búsqueda activa de empleo o la verificación de ingresos.
¿La renta básica universal sería la solución frente la automatización?
Según el estudio financiado por Sam Altman, la renta básica tendría el potencial de optimizar la vida de las personas que no tienen trabajo o que han sido reemplazadas por robots.
¿Cómo fue el estudio financiado por Sam Altman?
OpenResearch seleccionó a 3.000 participantes con ingresos inferiores a 28.000 dólares, residentes en Texas e Illinois, en diversas poblaciones. A un tercio de estos participantes se les otorgó 1.000 dólares mensuales durante tres años sin condiciones, mientras que al grupo de control se le pagó 50 dólares al mes.
En total, se distribuyeron 45 millones de dólares, de los cuales 14 millones provinieron directamente de Altman. Él también recaudó 60 millones adicionales para completar el financiamiento y cubrir los costos del estudio, dirigido por la investigadora Elizabeth Rhodes.
Los resultados mostraron que quienes recibieron los 1.000 dólares mensuales aumentaron su gasto en promedio en 310 dólares al mes, destinando este incremento a alimentos, alquiler y transporte. Además, ofrecieron más apoyo a personas necesitadas en comparación con el grupo de control.
“Los beneficiarios han mostrado más autonomía para tomar decisiones que se adaptaran mejor a sus vidas y a prepararse para el futuro, desde cambiar de barrio hasta manifestar interés por nuevas iniciativas empresariales”, dijeron los autores de la investigación.
Se observaron reducciones significativas en el estrés, la angustia mental y la inseguridad alimentaria durante el primer año. No obstante, estos efectos disminuyeron en el segundo y tercer año del programa. Los investigadores señalaron que “el dinero en efectivo por sí solo no puede abordar desafíos como las condiciones de salud crónicas, la falta de cuidado infantil o el alto costo de la vivienda.”
Opiniones en contra de la renta básica universal
Jaron Lanier, un pionero de la realidad virtual, ha discutido la renta básica universal como una posible solución para los desplazamientos laborales provocados por la IA. Lanier sostiene que la creciente automatización podría resultar en una pérdida masiva de empleos, lo que ha llevado a algunos a considerar este ingreso como una alternativa viable.
Sin embargo, Lanier advierte que esta medida podría concentrar un poder descomunal en las instituciones responsables de distribuir los ingresos, lo que podría presentar problemas tanto desde una perspectiva política como espiritual.
“No es estar en contra de una renta básica universal , sino en contra de convertirla en el principio organizador de la sociedad. Así que, para mí, ese problema político es serio”, dijo en un conversatorio de la Universidad de California, Berkeley.