Dejar el cargador del celular conectado sin usar podría ocasionar un incendio en casa
Continuamente se habla de consumo energético que genera un cargador conectado a una toma de luz sin usar, una práctica común en las noches, pero poco se menciona que esta rutina también es potencialmente peligrosa para los mismos cargadores y el cable.
Este tipo de situaciones se presentan cuando esta práctica se convierte en rutina, es decir, si alguna vez dejamos conectado el cargador sin usar, inmediatamente no vamos a generar un daño. Los efectos negativos se ven con el tiempo y con hacer de esta situación una costumbre del día a día.
Qué se puede dañar en un cargador que se deja conectado sin usar
Cuando dejamos el cargador del teléfono conectado a la corriente, incluso si no está cargando un dispositivo, se genera un proceso de desgaste silencioso pero constante. De acuerdo con la plataforma Techwalla, aunque el cargador de un teléfono no consume la misma cantidad de energía que un electrodoméstico, sí absorbe lo que se conoce como energía pasiva o “vampiro de energía”, consumiendo aproximadamente 0,2 vatios por hora.
Este consumo, aunque pequeño, afecta directamente a la vida útil del cargador. A medida que pasa el tiempo, el cargador puede comenzar a mostrar signos de desgaste, como el deterioro del cable de alimentación y el daño en las clavijas de conexión.
El cable del cargador es particularmente vulnerable al daño cuando se deja conectado constantemente. La exposición prolongada a la corriente eléctrica, combinada con la tensión mecánica si el cable está doblado o colocado en una posición incómoda, puede desgastar la funda protectora del cable.
Este desgaste no solo compromete la eficacia del cargador, sino que también aumenta el riesgo de que el cable exponga los hilos internos, lo que podría resultar en un mal funcionamiento o, en el peor de los casos, en un cortocircuito.
El deterioro de las clavijas de conexión es otro problema a considerar. Con el tiempo, la constante exposición a la electricidad puede hacer que las clavijas pierdan su capacidad de conducir corriente de manera eficiente, lo que reduce la velocidad de carga del dispositivo y puede ser un factor contribuyente en el sobrecalentamiento del cargador. Este sobrecalentamiento es una señal de advertencia, ya que puede derivar en riesgos más graves, como cortocircuitos y potenciales incendios.
Un problema que se suma al consumo energético
Además de los daños físicos al cargador y al cable, dejar el cargador conectado cuando no está en uso tiene implicaciones en el consumo energético que, aunque en principio parecen mínimas, pueden sumar una cantidad considerable con el tiempo.
Este consumo fantasma, como se le conoce, es el resultado de la energía que sigue fluyendo a través del cargador, incluso cuando no está cargando un dispositivo. Si bien el gasto individual puede parecer insignificante, se convierte en un problema cuando se multiplica al tener múltiples cargadores en el mismo estado en el hogar.
Riesgo de cortocircuitos y posibles incendios
Un aspecto crítico que no se debe ignorar es el riesgo de seguridad asociado con dejar el cargador enchufado. Como mencionan expertos de Meyers Companies Inc., aunque los incidentes graves son poco comunes, existe la posibilidad real de que un cargador, especialmente uno de baja calidad o que esté desgastado, pueda sobrecalentarse y provocar un cortocircuito.
Este tipo de accidentes puede resultar en incendios, poniendo en peligro el dispositivo y la seguridad de tu hogar.
La calidad del cargador juega un papel crucial en este riesgo. Cargadores de marcas desconocidas o de bajo costo pueden no cumplir con los estándares de seguridad necesarios, lo que los hace más propensos a fallas eléctricas. Incluso los cargadores originales pueden desgastarse con el tiempo, especialmente si se usan con frecuencia o se dejan conectados durante largos periodos.