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Jugó en la selección de Chile, lo dirigió Bielsa, fue campeón en Argentina y debió retirarse a los 33 años por una grave lesión: “Fue muy difícil”

Waldo Ponce
Waldo, en la actualidad y con la camiseta de Chile

“Chile quiere pegar el batacazo. Nunca le ganó a la Argentina de visitante y es una motivación extra. Para Argentina es importante jugar contra nosotros por lo sucedido en las dos Copas América que no pudieron ganarnos”. De esta manera se presenta Waldo Ponce, ex futbolista de la Roja y con pasado en la Primera División albiceleste.

El Waldini Ponce sabe lo que significa ganarle a la selección argentina con Chile, porque integró el equipo que le ganó con el tanto de Fabián Orellana. Aquel enfrentamiento se disputó el 15 de octubre de 2008 en Santiago de Chile, correspondiente a las Eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica 2010. El entrenador del local era el argentino Marcelo Bielsa. “Fue el técnico que marcó mi carrera”, sentenció el ex lateral derecho que se convirtió en el estandarte de la última línea y socio fundador de la Generación Dorada.

El Loco Bielsa fue el padre de dicha generación que tuvo a figuras de la talla de Claudio Bravo, Gary Medel, Arturo Vidal, Alexis Sánchez, Jorge Valdivia y Jean Beausejour, entre otros. El rosarino dejó un sello indeleble en el fútbol chileno. Aunque no cosechó títulos, sembró la semilla de un grupo que después conseguiría reinar por primera vez en América bajo la conducción de Jorge Sampaoli primero y de Juan Antonio Pizzi después, ganándole dos Copas América a la Argentina en el 2015 y 2016. Por eso lo recuerdan de la mejor manera.

“El equipo jugó como él quiso y le sacó provecho a las condiciones de los futbolistas. Bielsa en Chile hizo un trabajo con creces”, destaca el oriundo de Los Andes, Valparaíso.

El hombre de 41 años se retiró en el 2017 con la casaca de la Universidad de Concepción de su país. Previamente, había tenido pasos por la Universidad Católica, Wolfsburgo (Alemania), Vélez Sarsfield (Argentina), Racing de Santander (España) y Cruz Azul (México), club en el que sufrió una grave lesión que lo dejó fuera de las canchas durante tres temporadas, y lo fue retirando de a poco. “Me lesioné en el peor momento de mi carrera”, asegura en diálogo con Infobae.

– ¿Qué es de tu vida, Waldo?

– Volví a mi ciudad natal, a Los Andes, en la frontera con Mendoza. Trabajo en la radio Futuro en Santiago de Chile, en un programa deportivo, dos días a la semana. También, trabajo en una comuna con el deporte escolar, cerca de mi pueblo, con los niños de la comuna y los acompaño a las distintas competencias deportivas: atletismo, futsal, fútbol. Además, soy gestionador de actividades.

– ¿Siempre estuviste vinculado al fútbol desde que te retiraste?

– No, solo ahora. Ya llevo dos años en la radio, y eso es lo que me liga un poco al fútbol. No tanto en la comuna, que alberga varios deportes. Es un trabajo con horario flexible, salvo la radio que cumplo un periodo estricto.

– ¿Extrañás jugar al fútbol de manera profesional?

– Sí. Uno nunca pierde las ganas de jugar. Me gusta y sigo jugando al fútbol con gente del colegio. También con amigos, en una liga en la cual participo. Pero sí me dan ganas de volver a la actividad, aunque nunca me planteé volver a ser un profesional del fútbol. Tampoco hubo posibilidades, aunque me retiré siendo joven, con 33 años, que a lo mejor me hubiera dado la posibilidad de haber vuelto.

– ¿Por qué tan joven?

– Yo tuve una lesión importante en el tendón de Aquiles jugando para la selección de Chile en las Eliminatorias para Brasil 2014. Me rompí contra Paraguay, tuve rotura parcial, que fue peor que haberme roto por completo. Entonces, me pasé casi tres años sin poder jugar. Estuve harto tiempo parado y me operé cuatro veces el tendón. Al final, no se dio ninguna posibilidad de volver a jugar y me terminé retirando. No estoy arrepentido de esa decisión temprana, pero me hubiera gustado jugar un poco más. Haberme retirado joven me permitió hacer otras cosas que antes no hacía, como disfrutar de mi familia. El destino te pone donde te tiene que poner.

– ¿Cómo te pegó desde lo anímico?

– Fue muy difícil. Era titular en la selección y venía de jugar clasificatorias para el Mundial. Tenía un buen contrato en Cruz Azul de México, y sin dudas fue muy difícil en todos los sentidos, en lo emocional, pero también en lo anímico; fue muy complejo. Me manejé solo porque no era muy cercano a la psicología, pero hubiera sido bueno haber recibido ayuda psicológica para desahogarme y contar lo que verdaderamente sentía. No soy muy expresivo a la hora de contar muchas cosas, entonces, a lo mejor me hubiese servido pedir ayuda.

– Fuiste parte del plantel chileno que disputó la Copa del Mundo Sudáfrica 2010 bajo el mando de Marcelo Bielsa.

– Sí, claro. Bielsa fue el técnico que marcó mi carrera. El equipo jugó como él quiso y le sacó provecho a las condiciones de los futbolistas. Bielsa en Chile hizo un trabajo con creces. Lo que más aprendí fue a sacarle provecho a mis condiciones, ya que yo tenía cualidades importantes. Era un buen central, pero había que reflejarlo en la cancha y gracias a él lo puede hacer. Porque no era solo ir a entrenar, sino que cada uno debía sacar lo mejor de uno en base a sus condiciones.

– ¿Es un entrenador que se acerca al jugador o mantiene una distancia?

-Mantiene una cierta distancia, pero tengo una anécdota muy cómica. A él le gustaba una computadora chiquitita que yo tenía. Cuando estaba en el salón de Juan Pinto Durán, el predio donde entrenábamos, se me acercaba y me decía: “Qué linda su computadora”, y la miraba. Un día, me llama a su oficina y me explica “mire, Waldo, conseguí una persona de Sony que me hace descuento para comprar un computador igualadito al suyo, la versión nueva. ¿Quiere que le compre uno?”.

– ¿Qué le respondiste?

– “Sí, profe, así cambio el antiguo sistema por una versión más nueva”. Al otro partido de la clasificatoria, me llama a su oficina y me dice “Waldo, le llegó su computadora”. Le respondí: “Sí, profe, ¿le pago?”. No me lo iba a regalar, si era como un hijo del profe, pero tampoco tanto. Entonces, me dice: “Sí, tiene que pagarlo, después arreglamos, no se preocupe”. Y me agrega “mire, llegaron estos tres regalos por el computador que usted compró. ¿A usted le parece que yo me quede con los tres regalos?’. Yo le dije ‘sí, profe, déjeselos”. Pero los regalos eran míos. No sé en realidad qué habrá hecho con los regalos, pero al final se quedó con los tres. Yo me quedé con el computador nuevo. Igual me costó un poco más barato, pero me cagó con los regalos que eran míos (risas).

– ¿Fue convulsionada la salida de Bielsa de la selección chilena?

– Sí. Lo querían mucho, porque como nunca en la historia habíamos terminado segundos en las clasificatorias e hicimos un buen Mundial de Sudáfrica, con una generación hambrienta de ganar cosas. Por esto, también se le ganó la Copa América a la selección argentina, pero su salida se dio, a pesar de que mucha gente no quería que Marcelo se fuera.

– ¿Tenía buena relación con los jugadores del plantel?

– La relación que había era profesional, porque era muy poco de hablar y de compartir. El profesor Luis María Bonini era el más dado con nosotros. Pero con Marcelo era netamente profesional, de mucho respeto.

– Luego, participaste de la Copa América 2011 con Claudio Borghi como DT. ¿Cambió la relación con la llegada del Bichi?

– Si, tras el mundial de Sudáfrica, Bielsa pudo dirigir algunos partidos más, y luego se terminó yendo. Con el Bichi fue otro estilo de manejo y trabajo. Cada uno tiene su fórmula y Claudio es una gran persona, un gran entrenador. Se dio así, pero trabajan de manera diferente, nomás.

– ¿Fuiste parte de la convocatoria para la Copa América 2015 bajo el mando de Jorge Sampaoli?

– No. Después de la Copa de 2011, me rompí el tendón de Aquiles, y estuve tres años sin poder jugar. Perdí terreno en la selección chilena previo a la Copa del Mundo 14. En el 2012 rescindí contrato en México y me vine a la U de Chile porque en México no me pude recuperar. Entonces, me operé dos veces más, y al final me recuperé. Pero en la U jugué muy poco, apenas dos partidos, ya que me resentí de la lesión. Luego, me fui a la Universidad de Concepción y mis últimos años los jugué allí.

Waldo Ponce
Con Marcelo Salas. El ex zaguero volvió a vivir en su ciudad natal

– ¿Qué balance te dejó tu paso por Vélez Sarsfield?

– Bien. Fui campeón en el 2009 de la mano de Ricardo Gareca, Me sirvió mucho para poder madurar, para estar bien en todos los sentidos, futbolística y anímicamente. Justo coincidió con Bielsa, que era muy exigente. Yo en Vélez anduve muy bien, lo que me permitió ser titular en la selección chilena.

– ¿Era exigente también Gareca o diferente al resto de los entrenadores que tuvo?

– Sí, era y es exigente, todos los son. Nosotros siempre tuvimos una exigencia no sólo de nuestros técnicos, sino también de los compañeros que transmiten las ganas de querer jugar. Gareca tiene su forma de trabajar, pero igual es exigente.

– ¿Cuál es el partido que más recordás de haber enfrentado a la selección argentina?

– Fue en el único partido que Chile le ganó a la Argentina por los puntos. Fue el 1-0 para clasificar a Sudáfrica, jugado en Santiago de Chile. Para el pueblo chileno es el encuentro más recordado de la historia. También, los partidos que se ganaron por las finales de las Copas América 2015 y 2016, pero fueron por penales.

– ¿Por qué pensás que con los años se transformó en un partido picante Argentina-Chile?

– Por la calidad de selección que teníamos. Por eso, sigue habiendo pica entre las dos selecciones. Siempre existió una rivalidad, pero por historia no es un clásico, ya que el clásico de Chile es Perú. Hay un poco de pica, pero no tanta, porque pasó tiempo luego de las Copas Américas 2015 y 2016. Es normal cuando se generan estos enfrentamientos, ya que nunca es un partido más. Es más, Chile nunca le ha ganado a la Argentina de visitante y lo toman como una motivación. Me tocó jugar la única vez que le ganamos en Chile.

– ¿La idea de Chile es pegar el batacazo en el Monumental de Núñez?

– Sí, por supuesto, Chile quiere pegar el batacazo. Es un punto de motivación a la hora de querer jugar este partido para vencer al campeón del mundo y al de América. También, conseguir un triunfo importante que nunca se logró de visitante.

– ¿Cómo observás a Gareca como entrenador del seleccionado chileno?

– Es un técnico de experiencia, y hasta ahora lo ha hecho bien. Dirigió bastante clubes y selecciones. Un tipo que puede aportar mucho desde su capacidad, y por supuesto, su objetivo es que Chile clasifique a su próximo Mundial.

– ¿Qué análisis hacés en la previa de Argentina-Chile?

– No va a ser fácil, porque Argentina viene manteniendo una base importante desde hace muchos años. Viene con la última Copa ganada, y a gran nivel. Es siempre un partido complicado y más en su cancha.

– Para Chile, ¿es igual enfrentar a la Argentina con o sin Lionel Messi?

– Messi es importante siempre, un tipo que le da seguridad al equipo. Que entrega todo dentro de un campo de juego. No sé si será lo mismo, pero sin dudas eso cuenta. También, depende de cómo quiera plantear el partido Gareca. De enfrentarlo o no a Messi, prefiero siempre tenerlo enfrente, porque como defensor es un desafío importante que a uno le gustaría tener.

Se retiró en 2017 (AP)
Se retiró en 2017 (AP)

– ¿Cuántas veces enfrentaste a Messi?

– Tres veces. No fue difícil marcarlo, porque no venía mucho por mi sector de la cancha. Sí tuve un mano a mano con él conduciendo la pelota, pero fue sin problemas. Y también en ese partido que ganamos en Chile.

– Fuiste compañero de Gary Medel en el seleccionado trasandino. ¿Se está despidiendo en Boca y tendrá un capítulo más en Chile?

– Siento que volverá a Chile para retirarse aquí, en la Universidad Católica. Su familia está en España. Yo siento que querrá terminar su carrera en la Católica. En Argentina, recibió bastante críticas jugando en Boca, pero Gary tiene muchas cualidades que lo hicieron llegar hasta donde llegó, y es capaz de revertir estas situaciones por su capacidad, por algo está donde está.

– Compartiste plantel con Nicolás Otamendi en Vélez. ¿Qué tal era en sus inicios como jugador?

– Sí, Fuimos compañeros. Cuando yo me lesioné, empezó a jugar y no salió más. Compartíamos el puesto con Sebastián Domínguez y terminamos jugando los tres. Tuve que readaptarme. Yo tuve una fractura en la mano, en un entrenamiento. A Otamendi y Domínguez los llamaron a la Selección. Gareca me tuvo que adaptar a jugar como lateral derecho, que, en rigor, terminaba siendo una línea de tres, porque Emiliano Papa, que era el lateral izquierdo, pasaba permanentemente al ataque. Siempre tuvo condiciones. Claramente, con el tiempo, uno va aprendiendo más cosas y fue lo que pasó. Siempre tuvo gran nivel. Recuerdo que era de los que iba al frente, que tenía voz de mando, a pesar de su corta edad. Era un líder y ya se le notaba. Cuando jugaba en Reserva se notaba su calidad, su temperamento. A todos les llamaba la atención. Tardó muy poco en ser llamado a la Selección. Esa es una prueba. Era un tipo fuerte, nada torpe con la pelota. Eso lo hizo pasar por los equipos que pasó.

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