El plan frente a Canadá no dio resultado, pero Argentina sigue con vida en la Copa Davis
Debut con sabor a poco para las pretensiones del equipo argentino de Copa Davis. Poco, porque se aspiraba a una victoria surgida y apoyada en la calidad de sus jugadores, aún a expensas de la pretendida superioridad de sus rivales que, con la misma formación de este martes y con el mismo formato, consiguió la Ensaladera de Plata en 2022.
Todos los enfrentamientos deportivos comienzan a disputarse varios días antes, se concilian dentro de las 24 horas previas y se deciden por detalles en la cancha, detalles minúsculos, casi invisibles para la mayoría de los aficionados. Tanto Argentina como Canadá jugaron a las escondidas, pero terminaron poniendo sobre la rugosa superficie del AO Arena de Manchester la mayor experiencia que tenían en Copa Davis. Por el lado de Canadá, Frank Dancevic dejó de lado la juventud de Diallo, para apoyarse en los tres mismos integrantes que lo habían llevado a la coronación dos años atrás. También, tuvo en cuenta los resultados previos de sus jugadores frente a sus rivales, por eso es que se decidió por Felix Auger-Aliassime en el single 1 y Denis Shapovalov en el 2, quien junto a Vasek Pospisil, integraría el dobles.
Por el lado de la Selección Argentina, la presencia de Auger-Aliassime parado de un lado de la red incomodaba en la planificación de una victoria. Por eso, el cuerpo técnico apostó a lo mismo, experiencia, y pensó que su mejor estrategia era atacar al single 2 y confiar en un triunfo del dobles. Para Coria, quien mejor podría llevar a cabo esta estrategia era Francisco Cerúndolo, pero para que él fuera el single 2, Sebastián Báez debía hacerse cargo de su rol como el número 1. Allí le tocaría el trabajo más difícil, hacerlo pelotear a Felix y poner la igualdad en caso de ingresar en desventaja.
Se preparó a Cerúndolo para un combate de mucho ritmo y con peloteos de alta intensidad. “Te van a jugar fuerte, porque es la manera en que pueden intentar ganarte, pero se va a decidir después de la tercera o cuarta bola. Ahí hay que ser fuerte de cabeza”, fueron las instrucciones que le hicieron llegar a Francisco. Pero no hubo caso, Shapovalov cubrió muy bien los espacios, resolvió muy bien las situaciones de defensa, supo cuándo utilizar el slice, sacó con precisión y sembró dudas del otro lado de la red a la hora de resolver los peloteos.
Un quiebre inicial pareció abrirle el camino al canadiense, pero Cerúndolo supo recuperarse. Sin embargo, una serie de 5 games, que no duró más de 15 minutos, con el norteamericano en plenitud y una seguidilla de errores dejaron al argentino set abajo y 4-0 en contra. No importó lo que hizo después, Shapovalov mantuvo la superioridad y cerró con un contundente 7-5 y 6-3.
“Lo único que me quedó por decirle cuando lo saludé en la red fue que jugó increíble, no encontrábamos por dónde podía pasarlo”, dijo Fran al término del match.
En el segundo punto, la idea era que Báez pudiera contener los ataque de Auger-Aliassime y provocar el error en base a regularidad, pero la cancha y la jerarquía del canadiense despejaron dudas y, con un doble 6-3, selló la victoria rival. Al equipo de Coria sólo le quedaba sumar en el dobles, aunque sea, el punto con el que, previamente, se había pensado en coronar el triunfo. En este caso, serviría frente a una posibilidad de empate entre dos o más equipos.
En las jornadas previas, Máximo González y Andrés Molteni se habían quejado por la poca iluminación que había en la zona de la red, “cuesta ver la pelota”, comentaban. Además, hay carteles led detrás de la cancha que provocan una contraluz en el mismo sector. Pero la respuesta, lejos de satisfacer el requerimiento, fue que estaba dentro de los márgenes de iluminación, con la intensidad mínima.
A la hora de enfrentar a la dupla Pospisil-Shapovalov, se les sumó un nuevo problema a los representantes albicelestes: la potencia con la que jugaban los canadienses desde el fondo de la cancha. Eso los convirtió en dos arqueros de fútbol con raquetas, que sólo podían atenerse a adivinar adónde estaba la pelota que llegaba desde enfrente.
Una diferencia que se reflejó en el marcador, pero que comenzó a diluirse con el inicio del segundo set en el que la pareja argentina encontró el camino para superar el arranque dubitativo y jugar como el dúo que se muestra en el circuito. Por eso no extrañó que se despegaran rápidamente en los siguientes parciales para dar vuelta el score y terminar ganando con cierta comodidad, por 2-6, 6-3 y 6-2.
De esta manera, Canadá resolvió el primer match del Grupo D en su favor, por 2-1, lo que les da cierta tranquilidad de cara a sus próximos compromisos. En el equipo de Guillermo Coria quedó la sensación de, al menos, haber ganado un punto que puede llegar a resolver una igualdad en el cierre de la zona. Pero, si Argentina pretende clasificar y encontrarle alguna utilidad a ese logro, no queda margen, hay que vencer a Gran Bretaña y a Finlandia.