Se multiplican los ataques a choferes de colectivo en el conurbano bonaerense
La ola de inseguridad que golpea a los choferes de colectivos en el conurbano bonaerense se intensificó en el último mes y ya son varios los ataques que obligaron a trabajadores de varias líneas a decretar paros y distintas medidas de fuerza para exigir alguna solución. Algunos choferes fueron baleados, otros apuñalados e incluso, a uno le cortaron los dedos en medios de un robo.
“La desesperación de los choferes es lógica”, asegura una fuente clave en los organismos de seguridad provinciales que trabaja para resolver la problemática: “Los hechos tienen que ver con un incremento en la violencia en la sociedad. No hay un modus operandi, no son grandes hampones, son delincuentes que se suben a las unidades de madrugada en zonas de bajos recursos”. Por lo pronto, en La Matanza, la Municipalidad local y el Ministerio de Seguridad conformaron una mesa de trabajo con los gremios y las empresas para intentar garantizar la seguridad de los conductores.
El hecho más reciente ocurrió ayer por la tarde en la localidad de 9 de Abril, partido de Esteban Echeverría, jurisdicción de Lomas de Zamora. Allí, un colectivero fue baleado durante intento de asalto, por lo que varias líneas suspendieron su servicio.
La secuencia del hecho comenzó alrededor de las 16 en la zona del cruce entre Camino de Cintura y Restelli, cuando el conductor, de 45 años, finalizaba su recorrido y fue a despertar al único pasajero que quedaba en la unidad de la línea 543. En ese momento, el agresor sacó un arma y obligó a la víctima a desviar el trayecto por cerca de un kilómetro, hasta la esquina de José María Paz y El Universo.
Una vez en el lugar, se produjo un forcejeo y el chofer recibió un disparo en el codo del brazo izquierdo.
Desde la empresa, a través de sus canales oficiales, precisaron que la medida de fuerza afecta a la línea 543 -excluyendo el ramal B- y a los ramales C y O de la línea 544. La investigación del caso está en manos de la fiscal Verónica Cifarelli, titular de la Unidad Funcional de Instrucción N°2 descentralizada de Esteban Echeverría.
Dos dedos amputados con un machete
La situación sucedió poco después de otros dos brutales ataques. Uno tuvo lugar en José C. Paz, donde delincuentes le amputaron dos dedos a la víctima en medio de un intento de robo. El conductor de la línea 749 conducía una unidad sin pasajeros cuando fue interceptado por tres ladrones armados. Los asaltantes subieron al colectivo, abordaron al conductor y le robaron las pocas pertenencias que llevaba consigo: el teléfono celular y la billetera.
Pese al botín que obtuvieron, antes de darse a la fuga, los asaltantes arrojaron al piso de la unidad al chofer y le dieron un machetazo que le hizo perder el pulgar y el índice de la mano derecha. El martes por la noche, personal de la Sub DDI José C. Paz, que depende de la DDI San Martín de la Policía Bonaerense, detuvo a un sospechoso por este ataque.
El otro ocurrió en San Francisco Solano, localidad del partido bonaerense de Quilmes. Allí, un chofer de la línea 239 fue apuñalado con un destornillador por un asaltante encapuchado que simulaba ser un pasajero.
La secuencia completa del ataque fue filmada por la cámara de seguridad que el conductor posee en su habitáculo. En las imágenes se observa que el atacante viajaba sentado en uno de los asientos de adelante, pegado a la ventanilla y encapuchado.
De repente, el hombre se puso de pie y caminó de forma sigilosa hacía su víctima, que se vio acorralada e indefensa. Sin mediar palabras, el atacante lo apuñaló en el rostro con un destornillador que extrajo de entre sus ropas. Cinco puntazos y varios golpes de puño le alcanzaron al agresor para que el chofer entregara su teléfono celular y otras pertenencias.
Chofer baleado en la mano
La semana pasada, el partido de Esteban Echeverría fue escenario de otro ataque. Un delincuente baleó en una mano a un chofer de colectivo de 34 años de la línea 501 durante un robo, por lo que los trabajadores de la empresa resolvieron hacer un paro en reclamo de medidas de seguridad. El hecho cuando el conductor fue asaltado al terminar su recorrido en la esquina de las calles Profesor A. Maxer y Juan Tweedie, en la localidad de Luis Guillón.
Fuentes policiales indicaron a Infobae que el chofer fue sorprendido por el último y único pasajero de la unidad, quien a punta de pistola, le sustrajo sus zapatillas y un teléfono celular. Al resistirse, el ladrón le disparó en la palma de su mano izquierda.
Las fuentes consultadas por este medio señalaron que el conductor se encuentra fuera de peligro, internado en la Clínica Monte Grande. Al lugar concurrieron efectivos de la Comisaría 2º de Esteban Echeverría e intervino la UFI N°2 descentralizada de esa localidad, a cargo de la fiscal Verónica Cifarelli, quien calificó la causa como robo y lesiones.
Tras conocerse el ataque, no sólo la línea 501 resolvió la medida de fuerza. Para apoyar el reclamo, se plegaron los trabajadores de las líneas 394 y 245.
Las tres líneas son parte de la empresa Monte Grande S.A y cumplen su recorrido en la zona de Esteban Echeverría y Lomas de Zamora.
Más ataques a colectiveros en el AMBA
Dos semanas atrás, cuatro choferes de las líneas de colectivos 111 y 127 fueron víctimas de asaltos a mano armada, mientras realizaban sus respectivos recorridos por el Área Metropolitana de Buenos Aires.
Los episodio ocurrieron en un lapso de menos de dos horas y fueron perpetrados por un mismo delincuente, quien quedó registrado por las cámaras de seguridad de las unidades. A partir de las imágenes, las autoridades detuvieron a un sospechoso.
El detenido, identificado como M.D.A., de 28 años y en situación de calle, está acusado de ser el ladrón que aparece en las filmaciones. El primero de los robos ocurrió a las 21.21 de esa noche. El asaltante viajaba en uno de los asientos ubicados en la parte delantera del colectivo, hasta que en determinado momento se levantó y le indicó al chofer que bajaría en la siguiente parada.
Cuando el vehículo reducía la velocidad, el delincuente tomó un arma de fuego de uno de los bolsillos de su campera y amenazó al conductor. Le quitó el teléfono celular y, no conforme con eso, le pidió dinero y hasta un reloj, objetos que la víctima no tenía. Durante la situación, una pasajera se alejó rápidamente de la escena y resguardó sus cosas al percatarse del peligro.
El segundo robo fue a las 22.15, cuando M.D.A. abordó un colectivo conducido por una mujer. No pagó pasaje, solo mostró un carnet y se sentó en el mismo asiento delantero. A menos de tres cuadras, se puso de pie. “¿Bajás?”, le preguntó la conductora antes de empezar a frenar. Luego, el sujeto le mostró el arma y le exigió sus pertenencias. Ella, sin embargo, se negó y alzó la voz: “¡Bajá!”, le dijo. El asaltante finalmente desistió y se retiró, apuntándole a un pasajero que se le asomaba.
Media hora después, con la misma metodología, intentó robar a otro chofer, quien le indicó que descendiera por las otras puertas. El delincuente amagó con hacerlo, pero retrocedió y regresó. Intentó intimidar a la víctima, aunque no lo logró. Al final, el colectivero le cerró la puerta en la cara y el asaltante tuvo que bajarse con el vehículo en movimiento.
El último asalto ocurrió minutos antes de las 23. En este caso, se llevó la billetera y el celular del conductor, y la mochila de una pasajera.
M.D.A. fue detenido luego de tareas de investigación realizadas por el personal del Grupo Táctico Operativo (GTO) de la Comisaría 8ª de San Martín.
La aprehensión fue ordenada por el fiscal Favio Cardigonde, titular de la Unidad Funcional de Instrucción N°7 de San Martín, quien calificó el caso como robo agravado por el uso de arma de fuego no hallada.
Un pasajero violento en Pilar
A finales de agosto, un momento de furia entre un pasajero y un chofer de colectivo se vivió en la localidad de Fátima, partido de Pilar, cuando un conductor de la línea 350 fue brutalmente agredido por un hombre.
El agresor ascendió a la unidad en el partido de Moreno y abonó un viaje hasta la localidad de Manzanares, alrededor del kilómetro 59 de la Ruta Nacional 8, en Pilar. A la altura del barrio El Panchito (dos kilómetros después, el 61), el pasajero decidió unilateralmente que iba a viajar más allá del boleto que había sacado y así comenzó una discusión con el chofer, quien había relevado a otro compañero de trabajo luego de que finalizó el trayecto corto.
Cuando el conductor de la unidad, perteneciente a la empresa Ruta Bus, le indicó al hombre que debía bajarse del medio de transporte (que ya estaba a la altura del Río Luján) el pasajero atacó a golpes de puño al chofer. Producto de la pelea, el colectivero terminó con lesiones en la cabeza, pómulos y boca.
Para evitar recibir estos daños, los choferes exigen que haya cabinas de protección en cada unidad de transporte.