Sin fuerzas federales a la vista y con denuncias por amenazas, Rosario busca retomar su ritmo normal
El día después de los anuncios en conjunto del gobierno nacional y de la provincia de Santa Fe, tras la seguidilla de crímenes y atentados que comenzaron el pasado 2 de marzo, en Rosario los colectivos retomaron su actividad. Fue luego del sepelio del chofer Marcos Iván Daloia (39 años), atacado el jueves pasado por un sicario que se hizo pasar por un pasajero.
En medio de una agobiante jornada que alcanzó los 46 grados de sensación térmica, en la calle no se vio ningún despliegue de fuerzas federales fuera de lo cotidiano: es decir, participaron en controles vehiculares. Y, mientras tanto, se hicieron allanamientos de agentes provinciales donde hubo dos sospechosos de 19 años que integrarían una banda llamada “Los Menores”. Fueron aprehendidos por el homicidio del playero Bruno Nicolás Bussanich (25), ejecutado a tiros en la estación de servicio Puma el sábado por un gatillero que dejó una nota dirigida al gobernador Maximiliano Pullaro.
Las imágenes del crimen del playero fueron captadas por las cámaras de la propia estación de servicio y la familia de la víctima pidió a través de un comunicado enviado vía mensaje de texto de WhatsApp que dejen de mostrarse los videos para evitar volver a ver el hecho trágico.
Con los colectivos nuevamente en la calle desde la primera hora de la tarde de este martes, algunas actividades volverán a la normalidad. Por ejemplo, este miércoles regresarán las clases en establecimientos públicos y privados.
No obstante, se mantendrá la medida de fuerza de estaciones de servicio, remises, taxistas y delivery de comida, quienes no trabajarán en el turno nocturno de este martes, desde las 22 hasta las 6 de este miércoles.
Luego de las dos intimidaciones que ocurrieron el lunes por la noche, cuando dejaron una nota en el patio delantero de la casa de una mujer que vive a pocos metros del Pami 2; y dos sospechosos en moto amenazaron a recolectores de residuos en el distrito noroeste; la ciudad vive por tercer día consecutivo una especie de “paranoia” sustentada en el temor de una sociedad que vio cómo mataron a cuatro trabajadores en cinco días: los taxistas Héctor Figueroa, Diego Celentano, el colectivero Daloia y el playero Bussanich con el objetivo de dejarle un mensaje al Estado provincial en pedido de mejores condiciones de detención a algunos presos de alto perfil.
Por caso, dos hombres de 45 y 68 años fueron demorados en la mañana de este martes en la terminal de ómnibus Mariano Moreno por estar sindicados de haber sido quienes ayer hicieron una amenaza de bomba a través de un llamado telefónico.
Por otro lado, un empleado de seguridad privada de un galpón de Provincias Unidas y Ocampo, donde se guardan los colectivos de una empresa de transporte urbano de pasajeros, denunció ante la Policía que, minutos antes de que las unidades volvieran a circular, una persona a pie había gritado en la puerta del lugar que iba a “hacer volar a todos”.
Sin embargo, después de varias medidas investigativas terminó demorado el propio denunciante, ya que se presume que se trató de una falsa denuncia o una posible alucinación.
Fuerzas federales
Por el momento, es una incógnita qué tipo de tareas operativas se verán en la calle de parte de las fuerzas federales. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, afirmó que vendrán 450 agentes que se agregarán a los que prestan servicio en la ciudad, que son alrededor de 1.500.
Desde el Estado provincial se aguarda por los vehículos de apoyo logístico que arribarán a la ciudad de parte del Ejército, cuyo personal no estará abocado a hacer presencia en la vía pública.
Mientras tanto, el cuerpo de fiscales integrado por Patricio Saldutti, Luis Schiappa Pietra, Franco Carbone, Marisol Fabbro, Fernando Dalmau y Adrián Spelta preparan la audiencia que se llevará a cabo el próximo viernes desde las 8 en el Centro de Justicia Penal, donde sentarán más de una docena de sospechosos.
Entre los arrestados, según las investigaciones en curso, se encontraría un presunto partícipe en el asesinato de Celentano, y varios que formaron parte del plan criminal que terminó con el homicidio del colectivero Daloia. No se descarta que entre los imputados también estén quienes dispararon el jueves de la semana pasada contra el frente de la comisaría 15 de Sarmiento y Ameghino, de la zona sur.
La trama investigativa ronda sobre una misma base: presos de distintas unidades penitenciarias, entre las que se encuentra Piñero (de competencia santafesina), Marcos Paz y Rawson (federales), habrían sellado una suerte de tregua entre ellos, que tendría por finalidad no atacarse entre ellos por disputas territoriales para la venta de droga y unirse para ir contra las medidas del gobierno provincial, que endureció las condiciones de detención.