Kicillof abre lugares en su Gobierno y busca contener las tensiones internas que afloran en el peronismo
Parado sobre la gestión, el mandatario bonaerense, Axel Kicillof, le da lugares en el gobierno a los distintos sectores de Unión por la Patria. Un espacio que tras la derrota electoral del 2023 en el orden nacional, pero con la victoria en la provincia de Buenos Aires a su favor, entró en una fase de discusión que incluye algunos pases de facturas, sobre todo entre las segundas líneas.
En el oficialismo dicen que entre las cúpulas sectoriales no existen tales diferencias y que el objetivo es el mismo: enfrentar al gobierno de Milei y trabajar en una construcción que le permita al peronismo volver al poder. Sin embargo, en ciertos períodos, asoman algunas voces disonantes que ponen en tensión al espacio.
En este contexto, Kicillof -que quedó como uno actor central de la oposición al Gobierno nacional- abre espacios para tratar de contener desde la provincia de Buenos Aires a todas las tribus del peronismo.
Esta semana se oficializó la designación del ex titular del ACUMAR, Martín Sabbatella, al frente del Comité de Cuenca del Río Reconquista. El desembarco de Sabbatella en el organismo -que se empezó a gestar en diciembre del año pasado, con los cambios en el Gabinete bonaerense- representa la llegada de Nuevo Encuentro al esquema de Gobierno bonaerense.
Nuevo Encuentro mantiene un acuerdo político con La Cámpora, bajo la figura de Máximo Kirchner. Para estos espacios la conductora es Cristina Kirchner. Kicillof también reconoce a la ex presidenta como conductora. Mantiene diálogo frecuente con ella, sobre todo en lo que respecta a la gestión y el rumbo que va tomando el gobierno de Milei. La relación entre Kirchner y Kicillof tiene sus momentos. El problema pareciera ser más de las segundas y terceras líneas satélites de ambos dirigentes que de ellos entre sí.
Hay ejemplos. Uno de ellos fue cuando el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, planteó desde el municipio de Lanús -donde gobierna La Cámpora con Julián Álvarez- que el candidato en 2027 va a ser Kicillof y que ya hay que empezar a construir para las elecciones legislativas del 2025 “desde otro lugar”. Ese otro lugar está lejos de La Cámpora y sus intendentes aliados, que tuvieron la lapicera del armado de listas en la provincia de Buenos Aires.
“Máximo absorbe y recibe las críticas que no se animan a hacerle a Cristina”, advierte un dirigente kirchnerista sobre los últimos movimientos en el universo peronista. El mismo dirigente considera que Kicillof “es inteligente y no romperá, ni irá detrás de estas ideas”.
La demanda en el kirchnerismo hacia Kicillof, en términos políticos, es para que defina si quiere conducir a todos los sectores de cara a los futuros comicios. Incluso, peronistas que se posicionan lejos de La Cámpora, opinan lo mismo y esperan que el mandatario dé ese paso al frente.
El gobernador por ahora se enfoca en el impacto de la motosierra de Milei, pero contesta con gestos de gestión hacia adentro. Hoy por hoy, en el gobierno bonaerense están prácticamente -casi- todos los sectores adentro. A la oficialización de Sabbatella se le sumará en las próximas semanas la designación de Daniel Menéndez, de Somos Barrios de Pie como nuevo subsecretario de Economía Popular, dentro del ministerio de Desarrollo de la Comunidad, que conduce Andrés “Cuervo” Larroque. Espacios formales para los movimientos sociales.
Asimismo, si bien hay sectores peronistas que no forman parte del gobierno bonaerense -e incluso tienen una mirada crítica a lo que fueron los cuatro años la gestión de Alberto Fernández y también del último período de Cristina Kirchner- sí mantienen diálogo con el mandatario provincial; tal como es el caso del dirigente sindical Facundo Moyano.
En un manto de hermetismo, el representante de los trabajadores del peaje fue recibido por Kicillof la semana pasada en La Plata. El contenido de la charla fue la situación que atraviesa la empresa Autopistas Buenos Aires Sociedad Anónima (AUBASA), donde el gremio del SUTPA tiene el 7% de las acciones corresponde a los trabajadores.
El caso de AUBASA es otra foto a visualizar. Recientemente se oficializaron los cambios. Como Gerente General quedó Pablo Ceriani, ex presidente de Aerolíneas Argentinas, de estrecha relación con Kicillof desde hace años y de paso por La Cámpora. El vicepresidente es Walter Abarca, ex diputado provincial y secretario privado de Néstor Kirchner, que hoy se nuclea bajo el sector del intendente de La Matanza, Fernando Espinoza y la vicegobernadora Verónica Magario. El nuevo presidente es Guillermo Sauro; un hombre del ministro de Infraestructura Gabriel Katopodis, pero que es muy probable que sea reemplazado por alguien del Frente Renovador de Sergio Massa. La presidencia de la empresa siempre fue para el massismo. Esta vez, como no hubo un acuerdo interno en el FR sobre quién debía ocupar ese cargo y se tenía que nombrar a alguien, se resolvió que sea Sauro hasta tanto Massa acerque el nombre para Aubasa. Pero la silla es del FR.
Con los intendentes la cosa está encaminada, sobre todo por la necesidad de gestión que presentan los jefes comunales ante un contexto de ajuste. Esta semana, Kicillof se mostró con Federico Achával (Pilar), Fernando Espinoza (La Matanza) y Mariano Cascallares (Almirante Brown).
Este viernes, en Baradero, reunió a los intendentes de General Alvarado, Sebastián Ianantuony; de Salto, Ricardo Alessandro; de Ramallo, Mauro Poletti y de Carmen de Areco, Iván Villagrán -además del anfitrión, Estaban Sanzio- para presentar a 250 agentes que se sumarán a la Policía Rural. Se trata de intendentes del oficialismo pero con distintas terminales políticas.
“Forma parte de una batería de políticas que estamos impulsando para mejorar la calidad de vida en el interior bonaerense”, dijo Kicillof y detalló que el Gobierno “acompañó a quienes sufrieron los efectos de la sequía poniendo a disposición $15.000 millones en créditos preferenciales del Banco Provincia. Hemos creado nuevos centros universitarios con el programa Puentes, estamos próximos a inaugurar la cuarta Casa de la Provincia para acercar las prestaciones del Estado y ya mejoramos 5.000 kilómetros de caminos rurales: nosotros no hicimos promesas ni marketing, hacemos las obras públicas que necesita la provincia de Buenos Aires”.
El acto -con un guiño al campo- se daba al mismo tiempo que en el municipio de Azul, un grupo de productores llevaba adelante un reclamo por las subas en el Impuesto Inmobiliario Rural, fijadas por la Ley Fiscal Impositiva. Una acción que contó con la presencia de la senadora bonaerense por La Libertad Avanza, Florencia Arietto; los diputados provinciales Guillermo Castello y Luciano Bugallo; además del senador nacional por Entre Ríos, Alfredo De Angeli, pero cuya convocatoria estuvo bastante lejos de la expectativa que había en la previa.