Agustín Canapino llegó a estar octavo y se convirtió en el primer argentino en completar las 500 millas de Indianápolis luego de 91 años
Agustín Canapino fue protagonista en la edición número 108 de las 500 Millas de Indianápolis, la carrera más importante del año de la IndyCar y una de las cuatro más relevantes en el mundo el automovilismo. El piloto argentino llegó a estar octavo, con ritmo del pelotón de punta, pero una penalización en la última entrada a boxes lo relegó al puesto 22, el mismo en el que largó, a solo 24 vueltas para el final. El estadounidense Josef Newgarden (team Penske), que dio batalla de punta a punta, se quedó con el triunfo en un final para el infarto, dejando en el camino sobre el cierre al mexicano Patricio O’Ward.
Tras una demora de cuatro horas por tormenta, desde el mismo inicio hubo incidentes con un choque en el que se vieron involucrados Pietro Fittipaldi, Tom Blomqvist y Marcus Ericsson, el ganador de la edición 2022.
Canapino, como anticipó, tuvo un comienzo conservador y no se metió en problemas. Evitó roces y más en una pista fría por la humedad tras la lluvia y por la misma temperatura de las gomas. Antes de la largada los autos solo dieron una vuelta previa. El Titán de Arrecifes se ubicó en el puesto 23º cumplidas las primeras 16 vueltas. Más tarde el múltiple campeón argentino ganó una posición.
* El accidente ni bien iniciada la carrera
La competencia no dio respiro y hubo una segunda bandera amarilla ante el abandono por la rotura del motor de Katherine Legge. La neutralización les permitió a los competidores cuidar las gomas y algunas optaron por ingresar a boxes a cambiar neumáticos y cargar combustible, entre ellos Canapino, que volvió a la pista en el puesto 19º. Fue la primera de las seis paradas previstas por los equipos a lo largo de la carrera.
Fue en el giro 28º que otra vez se neutralizó la competencia ante el choque de Linus Lundqvist. Nuevamente otro relanzamiento. La carrera siguió sumando incidentes, como los ocurridos con los motores Honda, que dejaron a tres autos en el camino. En ese contexto, el argentino, siguiendo un plan de acción sobrio, fue aprovechando cada ingreso a los boxes y tropiezos hasta ubicarse en el puesto 12 hasta el relanzamiento por la deserción de Félix Rosenqvist en la vuelta 64.
El andar sólido del hombre de Arrecifes continuó y, si bien lo sobrepasó el brasileño Helio Castroneves, un par de ingresos a pits y el despiste de Colton Herta, quien venía siendo uno de los protagonistas, peleando por la cima, lo empujaron al top ten, aunque aprovechó la bandera amarilla para pasar por boxes y volvió a la fila en la posición 15. No obstante, luego del relanzamiento su muñeca le permitió ganar dos espacios y colocarse decimotercero.
En el medio, sufrió un toque en los pits que llevó preocupación a los fanáticos, pero pudo continuar sin problemas. “Creo que el auto está bien”, avisó vía radio. Cruzado el meridiano de las 100 vueltas, volvió a trepar a la ubicación 10, con una regularidad para aplaudir.
Y hubo más: luego de la bandera verde en la vuelta 119, Agustín se acomodó en el octavo lugar tras dejar atrás a Castroneves, aunque luego cedió en una puja vibrante. En el giro 132 ingresó a boxes y en diferentes tandas lo fuieron haciendo todos los pilotos aún en competencia. Tras el reordenamiento, Canapino quedó mezclado en el grupo de los que peleaban la punta. Quedó décimo, detrás de Josef Newgarden y adelante de Santino Ferrucci.
El accidente de Will Power (dio un trompo y terminó contra el paredón) volvió a convocar a la bandera amarilla. Tras el relanzamiento en el giro 155, el Titán de Arrecifes quedó 11°. Todo estaba dado para que batallara por una plaza entre los mejores. Incluso llegó a decir por radio: “Estoy muy rápido”. En la vuelta 171 hizo su última entrada en los pits en muy buen tiempo, pero fue penalizado por ir rápido en zona de boxes, por lo que terminó quedando relegado, en el puesto 22 y a una vuelta de la punta.
Eso no le quita mérito: se convirtió en el primer argentino en completar la Indy 500 en 91 años: el último resultó Raúl Riganti en 1933, cuando fue 14° con un Chrysler. Y opacó a Romain Gosjean, su compañero de equipo, que terminó 19°, pero nunca estuvo en la pelea. Y cuenta con un extenso currículum en monopostos (más de 100 Grandes Premios en Fórmula 1 y dos años más en esta categoría).
Su rendimiento lo transformó en tendencia en la red social X en una jornada especial, dado que compitió con un casco con fotos de su padre Alberto. La definición no dio respiro, en una carrera en la que el líder cambió más de diez veces. Newgarden tuvo ritmo de ganador a lo largo de las 200 vueltas, aunque sobre el final, Pato O’Ward, quien llegó a estar 18°, le llegó a arrebatar la punta. Sin embargo, el estadounidense dio el zarpazo y se consagró.
El retraso de la carrera:
La amenaza del mal tiempo apareció desde las últimas horas del sábado y se confirmó en la mañana de este domingo. Debido a esto, la inicio de la carrera que estaba pautado para las 13.30 de la Argentina se debió posponer cuatro horas. Se trató de una tormenta eléctrica con rayos, vientos y fuerte lluvia.
Como prevención la categoría le pidió a la gente que desaloje las gradas y de los boxes. “Dada la proximidad de los relámpagos que avanzan hacia el Indianápolis Motor Speedway, se tomó la decisión de pausar las ceremonias previas a la carrera y sacar a los fanáticos de las tribunas y Snake Pit”, indicó el circuito de Indianápolis en un comunicado.
“Se invita a los espectadores a seguir las instrucciones de los miembros del equipo IMS (Indianápolis Motor Speedway). Deberán salir de las tribunas de manera ordenada e implementar sus planes de seguridad personal”, agregó.
“El inicio de la 108ª edición de las 500 Millas de Indianápolis también se retrasará. Se comunicarán actualizaciones adicionales sobre los tiempos”, concluyó el comunicado.
La tormenta llegó pasadas las 12.30 hora local y las tribunas quedaron vacías. Lo propio la zona de los boxes con los mecánicos y el resto de los integrantes de los equipos que se refugiaron en los garajes, sectores corporativos de las escuderías y se resguardecerse del agua y los fuertes vientos que llegaron.
La tormenta duró dos horas y una vez que terminó la categoría trajo camionetas “sopladoras” de la NASCAR que estaban cerca de Indianápolis. En total tienen 18 vehículos de secado rápido, según informó el periodista de Carburando, Leo Regueira, presente en el lugar. Estos elementos son comunes en las carreras de óvalos, en las que están prohibidas las competencias con lluvia debido a la alta velocidad. En la IndyCar se superar los 370 km/h en Indianápolis.
Acto seguido la organización habilitó al público para que pudiera volver a las gradas ya que “los rayos han despejado el área alrededor del Speedway. Las puertas se han reabierto y los espectadores pueden regresar a las tribunas”, según informó en un comunicado. El evento volvió a tomar color.
Más tarde las camionetas “sopladoras” hicieron su trabajo y en una hora se pudo largar la carrera. Estos vehículos tienen unas máquinas que absorben el agua que está en el asfalto. Una vez que la pista estuvo en condiciones todo estuvo dado para el inicio de la competencia.