Sigue las dudas por la venta de Loma Negra y un gigante de Brasil volvió a quedar como principal candidato a comprarla la cementera
Luego que venciera el plazo de exclusividad para negociar su venta, Loma Negra, que hace dos décadas se encuentra en manos de la brasileña Intercement, la empresa de cementos del gigante brasilero Camargo Correa, reflotó las negociaciones con la Companhia Siderúrgica Nacional (CSN), la mayor productora de acero de Brasil.
Ante la Comisión Nacional de Valores (CNV), Loma negra comunicó la firma de un nuevo de acuerdo de exclusividad hasta el 31 de julio de 2024 con CSN “para la potencial adquisición de las acciones que representan el 100% del capital de Intercement. El plazo de vigencia del mismo se renovará automáticamente hasta el 12 de agosto de 2024 en tanto las partes demuestren activamente su compromiso”, informaron.
“Sin perjuicio de lo cual, Intercement comunicó que no existe documento firmado alguno que genere obligación o compromiso firme por su parte, su accionista (Mover) y/o sus subsidiarias en relación con la potencial transacción”, agregaron.
Así, CSN tomó otra vez la delantera y ahora continuarán las negociaciones a pesar de que se había comunicado que no renovarían el acuerdo de exclusividad vencido el pasado 12 de julio.
“Intercement informó que el acuerdo de exclusividad que celebró el 1 de mayo de 2024 con Companhia Siderúrgica Nacional (CSN) respecto a la posible adquisición por parte de CSN de la totalidad de las acciones en circulación del capital social de InterCement venció el 12 de julio de 2024 y a la fecha del presente, no ha sido renovado. Loma Negra mantendrá informado a sus inversores y al mercado en general y reitera su compromiso con la transparencia en el mercado”, consignó el comunicado que Loma semanas atrás.
La intención de venta se da en medio de un proceso de desinversión en el sector para aliviar sus pasivos. Por este motivo, la empresa había comunicado en febrero a la Bolsa local: “Hoy nuestro accionista controlante indirecto, Intercement Participações [una subsidiaria de Camargo] informó en su página web que durante los últimos meses ha recibido una serie de sondeos y manifestaciones de interés por sus activos”.
“En ese sentido, Intercement informó que ha contratado al banco BTG Pactual para asesorarlos en la evaluación de alternativas estratégicas para dicho grupo, las cuales incluyen desde la entrada de un socio inversor (mediante una colocación privada), fusión o asociación con un actor estratégico, e incluso una potencial desinversión. Al respecto, informó que se ha organizado un proceso competitivo que está actualmente en curso, y que se están recibiendo ofertas para esas alternativas estratégicas, las cuales serán oportunamente analizadas”, agregó.
Luego de que se anunció la no renovación, volvió a mencionarse en el mercado local el interés de Pampa Energía, de Marcelo Mindlin. La energética local había aparecido como posible comprador cuando se anunció la intensión de venta.
El gigante de Amalita
Loma Negra fue fundada en 1926 por el empresario Alfredo Fortabat, que descubrió la piedra caliza, materia prima del cemento, en la localidad de Olavarría. Tras su muerte, fue administrada durante décadas por su viuda, Amalia Lacroze de Fortabat. En 2005 pasó a manos del grupo brasileño Camargo Correa, que la adquirió por USD 1.000 millones.
Su principal actividad es “la fabricación y comercialización de cemento y sus derivados, así como también la extracción de recursos minerales que son utilizados en el proceso productivo”, según la información oficial de la compañía.
Tiene 8 fábricas de cemento en Argentina, en Buenos Aires, Neuquén, San Juan y Catamarca. También posee plantas hormigoneras móviles que se adaptan a los proyectos de construcción de clientes a cada momento. Por medio de su subsidiaria Cofesur, controla a Ferrosur Roca, una sociedad conformada por el Estado Nacional “con una participación del 16%, Cofesur 80% y un 4% que ésta última cedió a los trabajadores en fideicomiso. La misma opera la red de cargas ferroviaria del Ferrocarril Roca en virtud de una concesión otorgada por el gobierno argentino en 1993 por un plazo de 30 años, permitiendo el acceso de varias de las plantas cementeras de Loma Negra a la red ferroviaria”.