El PRO y los libertarios se ordenan en el Congreso, pero Macri sostiene presión sobre la gestión y la discusión electoral
“¿Qué tal fue la comida de Olivos?”, le preguntó un dirigente del PRO a uno de los interlocutores más frecuentes de Mauricio Macri. “Por ahora, amigos”, respondió el operador macrista y fue más específico: “Todavía no somos novios y mucho menos pensar en casarnos”. Hacía minutos que el ex Presidente se había retirado que la residencia presidencial, invitado por Javier Milei a comer entraña con ensalada y afianzar el vínculo político. Esa media noche los chats macristas estallaban tanto como los de los libertarios. Era el cuarto banquete seguido en pocos días y se esperaban resultados concretos. Los hubo. La semana cerró con una foto que escenificó una especie de pax entre La Libertad Avanza y el partido amarillo. Primer paso: mesa de diálogo entre ambos espacios para mayor coordinación legislativa.
Como anticipó Infobae, Macri le había pedido a Milei hacía tres meses mejorar la coordinación parlamentaria entre el PRO y los libertarios. Esa solicitud implicaba armar una mesa de diálogo entre ambos bloques para aceitar la dinámica parlamentaria. La bancada que conduce Cristian Ritondo venía señalando que era prudente que les anticiparan la agenda legislativa y los proyectos antes de darles estado parlamentario. En un gesto de mayor involucramiento en la política, Milei tomó el consejo de Macri y convocó a un grupo de legisladores amarillos y libertarios el viernes. Los recibió en la Casa Rosada con el objetivo de argumentar los motivos del veto a la Ley de actualización de la fórmula para las jubilaciones. Pero sirvió como puntapié para consolidar la articulación entre ambos espacios. Un modo de formalizar implícitamente una suerte de interbloque.
El propio Milei ratificó anoche ese esquema. “Vamos a empezar con un trabajo de coordinación parlamentaria con el PRO, que el resultado natural va a ser llegar a un interbloque”, anticipó el Jefe de Estado en una entrevista en LN+ con Luis Majul. Pero aseveró algo nuevo, quizás impensado para el líder libertario en tiempos de campaña. Siguiendo la arenga de Macri, asumirá personalmente la conducción política de su agenda en el Poder Legislativo. “Me voy a involucrar más activamente en temas de política. En el último tiempo estaba más abocado en la economía y la seguridad”, detalló durante el mismo reportaje.
La política avanza
Milei confía en los números que le arroja la economía. Ve las variables macro en un sendero de ordenamiento, con la política fiscal y monetaria como anclaje. Siente más oxígeno que en el primer trimestre y conoce que necesita consolidar su agenda política para darle mayor consistencia a ese rumbo económico. Es que la estabilidad de los números tiene relación directa con lo institucional. Los inversores monitorean la relación de la Casa Rosada con el Congreso. Un Presidente que no puede traducir lo que dice en leyes concretas, tampoco podrá garantizar seguridad jurídica. Los últimos días fueron un shock de realpolitik que azuzó al Jefe de Estado. Sufrió una serie de derrotas consecutivas en el parlamento que dan indicios de fragilidad legislativa.
En ese sentido, la alianza y coordinación con el PRO es estratégica para Milei. No obstante, el Presidente evita que Macri le marque la cancha. Aún se necesitan mutuamente. Los libertarios tienen 37 legisladores, idéntica cantidad que la bancada amarilla. Entre ambos no llegan a 80 diputados sobre 257 miembros totales de la Cámara Baja. Mientras que en el Senado, sobre 72 escaños, el oficialismo tiene apenas nueve representantes y el PRO sumo seis.
En el Gobierno hubo reproches a Macri porque el PRO votó en Diputados para rechazar el DNU que aumentó los fondos para la Secretaría de Inteligencia del Estado. Patricia Bullrich, ministra de Seguridad y referente del partido amarillo, instruyó a sus legisladores para que apoyen al Gobierno. La bancada votó partida. Milei lo leyó como indisciplina partidaria. Sin embargo, sintió el golpe: los legisladores que controla el ex Presidente son suficientes para hacer daño.
Durante la reunión de Milei con los diputados, del viernes a la noche en Balcarce 50, el Jefe de Estado acaparó buena parte tiempo explicando por qué vetaría la Ley sobre la fórmula previsional y anticipó detalles de la Ley de Presupuesto 2025, cuyo ante proyecto ya está avanzado y tomará estado parlamentario en los próximos días. El corazón de la ley de leyes será que viene con déficit cero.
Mieli estuvo escoltado por Guillermo Francos, jefe de Gabinete, Karina Milei, secretaria General de la Presidencia, y Lisandro Catalán, vicejefe de Gabinete y titular de Interior. Ningún funcionario emitió sonido. Así como tampoco hubo mayor interacción con los legisladores. Por el PRO, Ritondo tomó la palabra por el bloque y pidió que el oficialismo le anticipe los proyectos para analizarlos en conjunto antes de la discusión en las comisiones. Entre los libertarios, sobresalió la intervención del riojano Juan Carlos Pagotto, quien pidió más colaboración la estratégica comisión Bicameral de Trámite Legislativo, que preside.
Pero la voz de Milei fue la que más se oyó. Un anticipo, acaso, de lo que se viene. El Presidente prometió estar más activo políticamente, realizar reuniones con los legisladores de forma más habitual y, además, generar encuentros con gobernadores e intendentes. “Se viene un Milei más político”, le dijo a Infobae un legislador testigo del cónclave en Rosada que dialoga semanalmente con el Jefe de Estado.
Hubo un otro detalle sutil, pero clave. El viernes, Ritondo bajó de su combi en la explanada de la Casa Rosada junto a Oscar Zago, presidente del bloque del MID en la Cámara Baja. El diputado se había ido de La Libertad Avanza peleado con Martín Menem, presidente de Diputados, y con el oficialismo, por falta de consenso y desgaste interno. Eso había enfriado su diálogo con Milei. Incluso, avanzaba en charlas con el PRO para hacer un interbloque. Rápido de reflejos, el Presidente se movió para bloquear esa jugada.
Milei retomó el diálogo con Zago y lo invitó a la reunión del viernes. El líder del MID enfrió el interbloque con el PRO, pero llegó al cónclave con el Presidente junto con Ritondo, en un gesto de equidistancia.
El pacto de la entraña
Las cenas entre Milei y Macri sirvieron para bajar la tensión pública entre ambos. El líder del PRO habló el jueves en el relanzamiento de la Fundación Pensar, que preside María Eugenia Vidal. Se esperaba un nuevo discurso crítico contra el Gobierno. Pero fue más moderado que su última aparición, el 1 de agosto. “Macri está más contento. Dice que desde ahora vamos a comer entraña porque funciona mejor”, bromeó anoche el Jefe de Estado. Es que en los primeros encuentros el menú eran milanesas con ensalada. Pero el último banquete tuvo como plato principal ese jugoso corte de carne a la parrilla. De pasada, sirvió chascarrillo para bajar crispaciones. Es, claro, Milei más político.
Desde Corea del Sur, a donde viajó para dar charlas, Macri ve con buenos ojos la nueva mesa legislativa con los libertarios. Pero pretende resultados concretos. La del viernes en Balcarce 50 fue una reunión con 30 personas. En el PRO esperan por encuentros más frecuentes que tomen definiciones sobre política parlamentaria.
El ex Presidente presionará por eso, así como también mantendrá sus críticas a los puntos que no le cierran de la gestión. Mieli recogió el guante ayer y le salió al cruce. “Macri tuvo un déficit fiscal en el Tesoro similar al que recibimos nosotros y en cuatro años no lo arregló. De hecho, llegó al déficit cero primario por licuación, no por ajuste, que vino después de lo que fue todo el proceso caótico del 2018 y se logró con liberamientos sin pagos, por lo tanto, el eje central de todos los problemas del país, ni de cerca lo arregló y nosotros sí lo hicimos en un mes”, se diferenció el libertario.
El camino hacia el cierre de listas
La relación de Macri y Milei se equilibra atada a tensiones. El Presidente acelera en su armado político rumbo a 2025. Su hermana conduce ese proceso, con Martín y Lule Menem como brazos ejecutores. Busca presencia territorial y estructura institucional en todo el país para limitar la incidencia del PRO en una confluencia electora.
Patricia Bullrich hace lo propio desde una línea interna del PRO. Y es una espada política fuerte del Gobierno en la Ciudad de Buenos Aires. ¿Forzará al propio Macri a competir como candidato a senador nacional para bloquear una posible jugada con la ministra de Seguridad? Un interrogante que flota en la arena política.
Mientras tanto, Macri instruyó a su equipo a ordenar el PRO en los distritos clave. Envió a Alejandro Finocchiaro a Tucumán como interventor. Y le pidió a Martín Yeza que viaje a Córdoba para neutralizar a Oscar Agost Carreño, hoy aliado a Miguel Ángel Pichetto, en el control del partido en ese distrito. Hará lo propio en el resto de las provincias, para disputar el cierre de listas contra los libertarios.
La nueva etapa entre Macri y Milei está en marcha. Si hay más entraña a la parrilla, tal vez haya casamiento político.