“¿Querés ser mi papá?”: la historia detrás de la bandera que conmovió al fútbol argentino
En el marco de un partido con aire de final en la Primera Nacional, entre San Martín de Tucumán y San Martín de San Juan, una historia familiar conmovió a los hinchas. Durante el entretiempo del encuentro la gente se emocionó con una bandera colgada en la Ciudadela, en la que una niña de 12 años llamada Zoe pidió la adopción formal de su padrastro Sebastián Robles.
El mensaje de la bandera fue claro y directo: “Desde que llegaste a mi vida me amaste y protegiste haciendo hasta lo imposible para brindarme lo mejor. ¡Le doy las gracias a Dios por ponerte en mi camino! ¡Hoy quisiera saber si me das el honor de regalarme tu apellido y ser legalmente tu hija, papá!”.
Vanesa, madre de Zoe y esposa de Sebastián, compartió cómo se gestó este momento tan especial. Según explicó, la relación entre Sebastián y Zoe creció significativamente desde que él entró en sus vidas siete años atrás. “Desde que conocimos a Sebastián, él aceptó a Zoe como parte del paquete. Su relación evolucionó de forma natural y hoy se consideran más que padre e hija, son amigos”, contó en diálogo con El Tucumano.
La madre agregó además que Zoe inicialmente se mostró reticente, pero un pequeño bote de nieve regalado por Sebastián rompió el hielo entre ellos durante la primera salida entre los tres. El vínculo se fortaleció con el tiempo, especialmente después de que Vanesa y Sebastián se casaran.
La complicidad entre Zoe y su Sebastián creció tanto que ella sintió la necesidad de una formalidad legal para su relación. Una charla con su madre derivó en la decisión de escribir un mensaje de agradecimiento y solicitud dirigido a Sebastián, idea que terminó plasmándose en la bandera levantada en el partido.
Sebastián, quien antes acudía frecuentemente a los partidos de San Martín de Tucumán, tuvo que dejar de ir a la cancha por temas laborales hasta logró hacerse un hueco. La familia se sorprendió cuando él comunicó que eran todos socios del club, un acto que cimentó su conexión no solo con el fútbol, sino con la propia identidad familiar.
“Siempre le contaba a ella cómo era la cancha. Le decía todo lo que pasaba y a Zoe le encantaba escucharlo. Además, a ella le fascina el fútbol. Y antes del partido con San Juan, estábamos en la mesa y viene con la sorpresa: ‘Amor, hija, tengo algo para contarles: ‘¡Somos socios de San Martín!’”, contó Vanesa.
Desde que se colgó la bandera en el estadio, el universo familiar cambió de manera significativa. El primer tiempo terminó en empate, 0-0, y la tensión de los aficionados se diluyó al leer el profundo mensaje de Zoe.
“No tuve miedo”, le confesó Sebastián a La Gaceta sobre asumir la responsabilidad legal de Zoe. “Desde que la conocí, estuve dispuesto”, subrayó. Con esta solicitud pública y conmovedora, Zoe y Sebastián consolidaron el lazo que habían venido forjando durante años.
Para Vanesa, este momento significó no solo un paso legal sino también la materialización de un sueño compartido. A pesar de no ser su padre biológico, Sebastián se convirtió en una figura paternal irremplazable para Zoe. “Cuando colgamos la bandera, algunos hinchas no entendían nada, otros sí. Sebastián leyó la bandera, le dijo que sí, que aceptaba ser su papá legalmente y todos lloramos. Todo fue muy hermoso. Era lo que Zoe quería. Ahora todos unidos vamos a ir a la cancha”.
La historia de esta familia, ahora oficialmente unida bajo el apellido Robles, fue la historia que se robó la tarde en el Estadio La Ciudadela, donde San Martín de Tucumán no solo ganó un encuentro clave (1-0) ante San Martín de San Juan, su rival directo de la Primera Nacional y quedó como único líder de la Zona A. También vio nacer una nueva etapa en la vida de Zoe y Sebastián.