Pablo Guidotti, ex viceministro de Economía: “No estoy preocupado por el denominado atraso cambiario”
El Gobierno se muestra confiado en que con la disciplina fiscal que volvió a mostrar en agosto y, consecuentemente, la monetaria de emisión cero, el sendero de descenso de la inflación a dos dígitos porcentuales bajo a fin de 2025 y la consolidación de la incipiente reactivación que desde abril acusan la industria y la construcción, principalmente, los recursos tributarios aumentarán en valores reales.
Sobre esa base, el presidente Javier Milei y su equipo económico decidieron cambiar la metodología de elaboración del Presupuesto de Gastos y Recursos de la Administración Central y del resto del sector público nacional, la cual históricamente partía de las estimaciones de las diferentes partidas para cada jurisdicción, y luego se proyectaban los ingresos, para que como residuo se obtuviera el resultado final, generalmente deficitario y la forma de cubrirlo (con deuda y emisión).
Ahora, como justificó el primer mandatario en la presentación inédita de los fundamentos del Presupuesto 2025 en el Congreso Nacional con el predominio de ausencia de los legisladores de la oposición, la estrategia es partir de las previsiones posibles de ingresos fiscales a obtener, restar la estimación del pago de intereses de la deuda de la Administración Central, y luego distribuir el saldo entre las diferentes jurisdicciones, de modo de asegurar el equilibrio final de las finanzas públicas.
Frente a este nuevo escenario, en el cual otra premisa fuerte es que “si los recursos crecen más de lo esperado se bajarán impuestos, y si son menores se recortaran las partidas de gastos discrecionales”, esto es los que no son automáticos afectados por indexaciones por la inflación, como el previsional y asignaciones familiares.
La valoración del equilibrio fiscal por parte de la sociedad está consolidándose cada día más
Al respecto, Infobae entrevistó a Pablo Guidotti, ex secretario de Hacienda y viceministro de Economía de la Nación entre agosto de 1996 y diciembre de 1999, y actual profesor Plenario de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella, quién observó que “La valoración del equilibrio fiscal por parte de la sociedad está consolidándose cada día más y una vez que esto quede claro para el mercado de capitales veremos una caída significativa en las medidas de riesgo país”.
— ¿Qué lectura general hizo del mensaje del Presidente en el Congreso sobre el Presupuesto 2025?
— Creo que el mensaje del Presidente, haciendo énfasis en la necesidad de mantener el equilibrio fiscal, fue muy positivo. Creo que la valoración del equilibrio fiscal por parte de la sociedad está consolidándose cada día más y una vez que esto quede claro para el mercado de capitales veremos una caída significativa en las medidas de riesgo país.
Con Guillermo Calvo publicamos en el International Economic Review en 1992 un trabajo que mostraba que, cuando un gobierno tiene poca credibilidad, se modifica el marco de política fiscal óptimo asociado a Robert Barro, en el sentido que se introduce el principio que denominamos “aversión a la deuda” por el cuál es deseable que la política fiscal reduzca progresivamente la deuda a PBI hasta eliminarla.
En este marco de política fiscal óptima, la presión tributaria también debe disminuir en el tiempo y el manejo de la estructura de madurez de la deuda pública resulta clave en la implementación del plan de Economía. Creo que este trabajo provee una base teórica a los anuncios hechos por el Presidente el pasado domingo.
— ¿Ve posible que con equilibrio fiscal y emisión cero la inflación pase de tres dígitos porcentuales a dos bajo a fin del próximo año? ¿Cómo evalúa las pautas macroeconómicas?
— En mi opinión, el equilibrio fiscal puede mantenerse en 2025 y las proyecciones de crecimiento económica e inflación son alcanzables. En cuanto al crecimiento económico, en la medida que la actividad se recupere en el segundo semestre de este año, se producirá un arrastre estadístico positivo que permitirá alcanzar el 5% proyectado.
En la medida que la actividad se recupere en el segundo semestre de este año, se producirá un arrastre estadístico positivo que permitirá alcanzar el 5% proyectado
En cuanto a la inflación, es necesario que alcance niveles cercanos al 2% mensual para fines de año; si esto ocurre la meta del 18,3% es alcanzable. Quizás mi mayor duda está en las proyecciones del balance de cuenta corriente de la balanza de pagos, especialmente si se mantienen bajos los términos del intercambio (Nota del Editor: relación de precios de exportación con los de importación) y se mantiene el cepo cambiario que en la práctica subsidia a las importaciones y desincentiva a las exportaciones.
— ¿Hay antecedentes en el mundo de un Presupuesto que parte del supuesto de recursos esperados para determinar las partidas de gastos?
— El Presupuesto es siempre una autorización de gasto que aprueba el Congreso, pero el Ejecutivo no está obligado a gastar ese máximo. Los ingresos son siempre una proyección en base a la cual se formula la autorización de gasto y su financiamiento.
Lo que entiendo del discurso del Presidente es que hay un compromiso del gobierno de mantener un déficit cero y que el gasto se ajustará a la baja si los recursos resultan menores a lo proyectado. Asimismo, si resultan mayores a lo proyectado, el Ejecutivo se compromete a bajar deuda o impuestos. Lo novedoso o importante es el compromiso en cuanto a que la ejecución presupuestaria no exceda los recursos disponibles.
— En el desagregado de los recursos tributarios se advierten aumentos singulares por retenciones, Impuesto a la Transferencia de Combustibles y Monotributo ¿Cree que es una pauta extremadamente ambiciosa, o tiene fundamentos?
— Entiendo que la proyección de recursos por retenciones está reflejando fundamentalmente los efectos del ajuste del tipo de cambio oficial ocurrido a fin del 2023. Me parece razonable.
— Muchos economistas alertan por la acumulación de atraso cambiario con el crawling al 2% desde enero 2024, pero para 2025 el Presupuesto asume un tipo de cambio oficial que se moverá al ritmo de la inflación ¿Qué piensa?
— No estoy preocupado por el denominado atraso cambiario:
- En primer lugar, cuando una economía se recupera de una crisis como la heredada del gobierno anterior, es esperable que se produzca una apreciación real. En el caso de la Argentina, partimos de salarios en dólares históricamente bajos.
- En segundo lugar, la competitividad es un concepto mucho más amplio que mirar al tipo de cambio; y
“La competitividad es un concepto mucho más amplio que mirar al tipo de cambio”
- Tercer, la mejora en la productividad es una variable fundamental y creo que la estabilidad macroeconómica, sumada a la desregulación que se está promoviendo a nivel microeconómico y las inversiones que se producirán por el RIGI serán factores más importantes que el tipo de cambio.
— Del lado del gasto, el Gobierno considera que todas las partidas, excluidas las de la Seguridad Social que están indexadas, son “discrecionales”, y por tanto son susceptibles de recorte si la recaudación aumenta menos de lo esperado ¿Es así?
— En el año en curso, el Gobierno ha mostrado una gran capacidad y voluntad para ajustar el gasto a los recursos disponibles. Creo que hacia 2025, en la medida en que la economía se recupere, no será necesario implementar ajustes significativos adicionales a nivel de la Administración Nacional.
— ¿Favorecerá al Gobierno que eventualmente el Congreso no apruebe el Presupuesto y se administre con el heredado del 2023 más los ajustes del corriente año y los previstos para el próximo?
— Es importante que se apruebe la Ley de Presupuesto como señal institucional. Es volver al concepto de credibilidad. Aunque pueda prorrogarse el presupuesto del año anterior, creo que la señal que el Congreso no provea una Ley de Presupuesto este año sería negativa.
— ¿Y al sector privado?
— Para el sector privado, el costo de financiamiento y el acceso al mercado de capitales también dependen de la calidad institucional. Contar con una Ley de Presupuesto es muy importante, especialmente para un país como la Argentina que acumula muchos años de baja credibilidad.
— ¿Una reflexión final?
— El inicio de un ciclo de baja de tasas de interés de política monetaria por parte de la Reserva Federal es una muy buena noticia para las economías emergentes y para la Argentina. Es probable que se inicie una etapa de influjos de capitales luego de un período de salida sin precedentes de casi tres años.
“Cuanto antes el Gobierno pueda eliminar el cepo cambiario y adoptar un marco de política monetaria convencional y permanente será mejor para el país”
Pero para poder aprovechar esta nueva etapa es necesario mostrar no sólo una sólida política fiscal sino también una mejora en el marco de política monetaria y cambiaria. En este sentido, cuanto antes el Gobierno pueda eliminar el cepo cambiario y adoptar un marco de política monetaria convencional y permanente será mejor para el país.
Estimo que la eliminación del cepo y la unificación del tipo de cambio estará sucedida por una fuerte entrada de capitales y una rápida caída en el riesgo.
Fotos: Martín Rosenzveig